Francisco Giacometto, uno de los cofundadores de la Unión Patriótica y tradicional militante de izquierda, fue hallado muerto en su casa en la ciudad de Santa Marta con varias heridas a la altura del cuello.
Los vecinos del sector de la Avenida del Ferrocarril, en la zona céntrica de Santa Marta, avisaron a las autoridades que de la vivienda emanaba un hedor extraño y no veían al anciano salir de allí desde el día viernes.
Los uniformados decidieron ingresar a la vivienda ubicada en la calle 21 con carrera 8C, frente al antiguo Molino, en la zona céntrica de la ciudad del Magdalena, donde al parecer se había hospedado el hombre de 64 años de edad.
Al interior de la casa, las autoridades hallaron el cuerpo de Giacometto, tirado en el suelo, con aparentes signos de tortura. Al parecer, presentaba varias heridas producidas con arma blanca en el cuello, mientras que un uniformado señaló que había sido agredido con una baldosa.
En el momento del hallazgo, según confirmó el comandante encargado de la Policía Metropolitana de Santa Marta, Jesús de los Reyes, al diario El Heraldo, ya se encontraba en estado de descomposición, por lo que el crimen se pudo efectuar dos o tres días antes.
El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses donde posteriormente lo identificado y se evalúa las condiciones en las se habría realizado el asesinato. Allí se pudo determinar que se trataba de un antiguo militante de la Unión Patriótica que ayudó incluso a fundar la organización víctima de persecución en los años 1980.
Mientras la Policía asegura que Giacometto se encontraba cuidando una casa, la organización Indepaz señaló que el militante de la UP se encontraba en la ciudad samaria realizando actividades políticas y residía en Bogotá.
Aún no están claros los móviles del crimen, los cuales deben ser investigados por las autoridades competentes, para establecer si se trató de una acción criminal en contra de su militancia política o por algún otro motivo.
De acuerdo con Indepaz, Francisco Giacometto fue testigo del homicidio del joven Nicolás Neira a manos del ESMAD en manifestaciones en Bogotá en el año 2005, un hecho declarado como crimen de Estado y en el que el ahora fallecido político había servido como testigo.
Después de 16 años de litigio, hasta el pasado mes de enero fue condenado el primer responsable, el agente del ESMAD Néstor Rodríguez Rúa, quien disparó en contra del joven estudiante causándole graves heridas a las que no sobrevivió cinco días después, durante unas manifestaciones del 1 de mayo de 2005.
El pasado 26 de marzo, la justicia condenó a otro exagente del ESMAD en el mismo caso, el mayor retirado Fabián Mauricio Infante, quien fue acusado de favorecer a Rodríguez Rúa para ocultar el homicidio y dilatar el proceso. Además, el padre Yuri Neira tuvo que exiliarse al iniciar el proceso por amenazas en su contra.
Francisco Giacometto fue descrito como un reconocido dirigente estudiantil y popular en el Magdalena, desde su temprana militancia en los movimientos de izquierda como las Juventudes Comunistas JUCO, la Unes, el Partido Comunista Colombiano y finalmente como uno de los fundadores del partido UP, al cual sobrevivió del exterminio.
Según el diario La Voz, que rechazó el crimen, Giacometto se había trasladado para apoyar labores de agitación y propaganda política en la ciudad samaria, con el fin de “aportar por la justicia social y la consolidación del cambio”, escribió el periódico.
El gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, también rechazó el crimen y ofreció una recompensa de 30 millones de pesos por información que permita esclarecerlo. “Lamento y condeno el asesinato del fundador y militante de la @UP_Colombia Francisco Giacometto Gómez. Solicito a @FiscaliaCol y a @PoliciaStaMarta actuar con celeridad para individualizar e identificar responsables”, señaló Caicedo.
El director del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, Jose Antequera, envió un sentido mensaje de condolencia. “Siempre que me veía me acompañaba por un buen rato alerta a cualquier amenaza, para luego despedirse con un “cuídate” sincero. El Yako, que se supone que ya no debía temer a la muerte sino en el recuerdo de sus cientos de amigos asesinados. Al final lo han matado también”, escribió.