Aplazan implementación de alternancia educativa en Quindío por aumento de casos de covid-19

La nueva fecha para volver a las aulas es el 26 de abril. Sin embargo, podría volver a aplazarse si la situación no mejora.

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Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en Quindío llegaron al 74,5 por ciento de ocupación durante este tercer fin de semana de abril, por lo que las autoridades del departamento decidieron cerrar los colegios públicos del territorio. Esta medida preventiva se traduce en que el plan de alternancia educativa, que contempla que los estudiantes asistan algunos días de la semana a las instituciones, se aplace hasta que los casos de covid-19 bajen y los centros de salud se descongestionen.

“Tomamos esta decisión hasta que la curva de contagios descienda un poco y le demos seguridad a las niñas, niños y adolescentes y a la comunidad en general, para el regreso a la presencialidad”, explicó Liliana Sánchez, secretaria de educación del departamento.

Hasta el momento, 22 de los 54 colegios públicos ubicados en diferentes municipios del Quindío ya estaban funcionando bajo la modalidad de alternancia. Se esperaba que, este 19 de abril, 11 más implementarán el modelo, pero debido al tercer pico pandémico esto no será posible.

La nueva fecha para volver a la alternancia en Quindío es el 26 de abril. Sin embargo, podría cambiar si los contagios de coronavirus siguen subiendo.

La Secretaria de Educación departamental manifestó su deseo de que la crisis de salud se pueda controlar pronto para que así los niños, niñas y adolescentes quindianos puedan empezar a ir a los colegios. Entretanto, las autoridades aseguran que siguen adecuando los espacios físicos de las instituciones y dotándolas con productos que permitan mantener las medidas de bioseguridad.

“Ya más de 95 por ciento de las instituciones educativas están listas para la alternancia con los protocolos de bioseguridad y los elementos adecuados para el cuidado de la salud en medio de la pandemia”, afirmó Sánchez.

Hay que aclarar que esta decisión solo aplica para los municipios del Quindío, pues en la capital, Armenia, las autoridades decidieron seguir implementando la alternancia. Se espera que en las próximas horas se realice una reunión entre la Alcaldía y los representantes del sector educativo y de salud para reevaluar la decisión.

Si en Quindío se vuelve a las clases presenciales a final de abril, este hecho se adelanta solo unos días al inicio de la evacuación de los profesores colombianos. El Gobierno nacional confirmó que, iniciará el proceso de inmunización de esta población en mayo. Esta es una buena noticia teniendo en cuenta que uno de los pedidos de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) para retornar a las aulas es recibir la vacuna contra el covid-19.

Según Víctor Muñoz, director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), en Colombia hay registrados por lo menos 404.000 profesores.

“Más o menos a finales de mayo estaremos iniciando con la vacunación de este sector en particular. La inversión cercana para hacer ese proceso de vacunación supera los 70.000 millones de pesos, así que cuando se hace una propuesta de vacunar grupos dentro de esta población, lo primero a tener en cuenta es esto”, refiriéndose a adelantar el grupo de profesores a la etapa 2.

Esta propuesta de vacunar lo más pronto posible a los docentes no solo la ha hecho el mismo Fecode, sino también la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) y el Congreso colombiano. Uno de los legisladores que le ha puesto la lupa al tema es el liberal Horacio José Serpa, quien asegura que hay disposición de muchos docentes, pero el temor al contagio es más grande.

“Yo siento que el Gobierno debe priorizar la vacunación de los maestros, como se ha hecho en otros países. Hay maestros que quieren regresar a las aulas, pero les da temor porque son mayores y no cuentan con la vacuna, pero además no tienen conectividad. Entonces sí se debe priorizar la vacunación de los maestros”.

Además, en el Congreso, el senador llamó la atención por las afectaciones que deja un año sin presencialidad. El 90% de los estudiantes han cumplido un año sin estudiar, lo que ha generado afectaciones de salud mental. Hay problemas, riesgos y traumatismos emocionales y cognitivos por estar lejos de la presencialidad. Debemos evitar la violencia intrafamiliar y la depresión. Por eso, no se puede generalizar el cierre de las aulas”.

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