En el Ministerio de Defensa ya están listos para arrancar con la aspersión con glifosato

El jefe de esa cartera, Diego Molano, está seguro de que la reactivación de esta actividad será aprobada por el Consejo Nacional de Estupefacientes, por lo que ya está preparando todo para dar inicio lo más pronto posible.

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UNO DE LOS AVIONES DE LA POLICÍA REALIZA OPERACIONES DE ASPERSIÓN-(RAUL ARBOLEDA – COLPRENSA)
UNO DE LOS AVIONES DE LA POLICÍA REALIZA OPERACIONES DE ASPERSIÓN-(RAUL ARBOLEDA – COLPRENSA)

Dos días después de que la ANLA diera su visto bueno para el regreso de la aspersión con glifosato sobre cultivos ilícitos en Colombia, lo que desató varias polémicas relacionadas tanto con problemas ambientales, como sociales y hasta conflictos de interés, el ministro de Defensa, Diego Molano, aseguró que su cartera ya está lista para dar inicio a las labores de erradicación aérea.

Según declaraciones recogidas por Caracol Radio, el ministerio ya está implementando toda la logística necesaria para ordenar el despegue de los aviones en la región del Catatumbo. Todo lo que le falta es que se declare la aplicación del decreto firmado el lunes pasado por el Gobierno nacional. Para ello, todavía se debe demostrar el cumplimiento de todos los requisitos ante el Consejo Nacional de Estupefacientes.

No obstante, Molano habla del tema como un hecho ya ratificado e incluso se refirió al reiterado rechazo y temor que han expresado las comunidades de la zona con respecto a las consecuencias ambientales y de salubridad que puede provocar el químico en el territorio, señalando que hay mecanismos para evitarlo.

“La aspersión con precisión es un instrumento más, no el único que operará con las condiciones que ha dado nuestra Corte Constitucional y para lo que se ha preparado la policía”, citó la emisora.

De igual forma, resaltó que la misma “permitirá afectar los grandes cultivos, donde hay presencia de grupos al margen de la ley, que son los que instalan minas antipersona, que son las que mutilan a nuestros soldados y policías, es en esas zonas donde operará la aspersión con precisión”. Sobre lo mismo ya había explicado en días anteriores que, “el programa estará enfocado a cultivos industrializados y tecnificados, y cultivos nuevos con injerencia de grupos armados organizados, residuales y grupos criminales narcotraficantes”.

Molano lleva meses defendiendo la aspersión aérea de glifosato argumentando, incluso, que la verdadera amenaza para el medio ambiente no es el químico, sino la siembra de productos como la mata de coca pues, en sus palabras, “por cada hectárea sembrada, dos son taladas y contaminadas”.

No hay que olvidar que el pasado 14 de abril se cumplió uno de los requisitos más importantes para el regreso de las aspersiones, cuando la Autoridad Nacional de Manejos Ambientales (Anla) aprobó la modificación del Plan de Manejo Ambiental (PMA) del Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos mediante la Aspersión Aérea con el herbicida Glifosato (Pecig). La aprobación del mismo había sido impuesta en 2017 por la Corte Constitucional.

De acuerdo con la Anla, la decisión está sustentada en argumentos técnicos, “que fueron resultado de la evaluación del estudio ambiental, de los aportes presentados por la ciudadanía y las autoridades durante el proceso de la Audiencia Pública Ambiental”. Para la modificación, explicó la agencia, también se tuvo en cuenta a investigadores y Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), entre otros.

El trámite de la modificación del PMA del Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos mediante la Aspersión Aérea con el herbicida Glifosato que fue aprobado, comenzó en agosto de 2019, debido a la solicitud de la Policía Nacional de Colombia, según la Anla.

La aprobación, sin embargo, no significa que ya hay vía libre para reanudar la aspersión. Para ello, “el Gobierno Nacional deberá cumplir con los requisitos establecidos por la Corte Constitucional en la Sentencia T-236 de 2017 y el Auto No. 387 de 2019″, manifestó la Anla.

De cumplirse dichos requisitos, el Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE), que con la Resolución 006 del 29 de mayo de 2015 suspendió la aspersión con glifosato, deberá decidir si la reanuda como estrategia para destruir los cultivos de uso ilícito en el país. En ese entonces, la Organización de las Naciones Unidas (OMS) clasificó al herbicida como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”.

“Es importante reiterar, que la Resolución de la ANLA No. 694 del 14 abril de 2021, no reanuda el Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos mediante la Aspersión Aérea con el Herbicida Glifosato. El Gobierno Nacional deberá cumplir con los requisitos establecidos por la Corte Constitucional (...) relacionados con el diseño y puesta en marcha de un proceso decisorio que evalúe los riesgos a la salud y al medio ambiente, entre otros”, recalcó la Anla.

Las zonas que se intervendrían con aspersión se ubican en 104 municipios de 14 departamentos de Colombia (Antioquía, Bolívar, Caquetá, Cauca, Córdoba, Chocó, Guaviare, Meta, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Santander, Valle del Cauca y Vichada).

<b>Opositores de la aspersión con glifosato</b>

Entre 1999 y 2015 se fumigaron con glifosato 1’800.000 hectáreas de cultivos ilícitos en Colombia.
Entre 1999 y 2015 se fumigaron con glifosato 1’800.000 hectáreas de cultivos ilícitos en Colombia.

El Gobierno de Colombia expidió, este lunes 13 de abril, un decreto que busca reactivar la fumigación aérea de cultivos ilícitos con glifosato. La decisión ha generado una ola de críticas sobre los riesgos que la fumigación con este herbicida representa para la salud humana y para el medio ambiente.

Uno de los principales opositores del decreto expedido por el Gobierno el pasado lunes fue el exministro de Ambiente Luis Gilberto Murillo, quien expresó que, “el glifosato es un veneno para el futuro de muchas comunidades. La evidencia científica correlaciona el uso de esa sustancia con la probabilidad carcinogénica en humanos y con la pérdida de biodiversidad”.

Asimismo, el exfuncionario se refirió al decreto 330 de 2021, el cual señala que estas fumigaciones no se llevarían a cabo en parques naturales, ni sobre ecosistemas estratégicos como cuerpos de agua o páramos, sin embargo, la fumigación con glifosato aportaría a la pérdida del 40 % de la biodiversidad.

“Los argumentos para reanudar el uso del glifosato son poco convincentes ya que es irrazonablemente costoso y tiene una tasa de resiembra en más del 60 % en zonas donde ya se había erradicado. Usar esta sustancia no es solo un tema de salud humana, sino también ecosistémica”, aseguró.

Por su parte, Brigitte Baptiste, bióloga y rectora de la universidad EAN en Bogotá, señaló que los impactos negativos del glifosato también repercuten en la agricultura, aún “cuando la evidencia creciente sobre los efecto en la salud se publican todos los días. Creo que hay que cambiar”, expresó.

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