El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, murió el pasado viernes 9 de abril a los 99 años. Había sido hospitalizado recientemente tras se sometido a una intervención cardíaca.
“Con profundo dolor, su majestad, la Reina, anuncia la muerte de su amado esposo, su alteza real, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo”, afirmó un comunicado del Palacio de Buckingham. “Su alteza real falleció pacíficamente esta mañana en el Castillo de Windsor”, precisó.
Mientras el mundo reacciona al fallecimiento del miembro de la realeza y de líderes de todos los países del mundo enviaban mensajes de condolencias a la reina Isabel II, en Colombia se recuerda la visita que Felipe de Edimburgo hizo a Bogotá y Cartagena en 1962, cuando fue recibido con pañuelos blancos, multitudes y una fuerte lluvia.
A la 1:50 de la tarde del jueves 15 de febrero de 1962, el integrante de la realeza llegó al aeropuerto El Dorado, en la capital del país, como parte de una gira que estaba realizando por América sin la compañía de la reina Isabel II. Su llegada a Bogotá, según reportó el diario El Tiempo, se dio en medio de una torrencial lluvia bajo la cual se aglomeraron cientos de bogotanos que hondeaban pañuelos blancos ante el paso del príncipe por las calles de la ciudad.
A Felipe de Edimburgo lo recibió el entonces presidente Alberto Lleras Camargo, después de que lo trasladaron desde el aeropuerto hacia la Plaza de Bolívar en una caravana que lo acompañó por las calles sin importar la lluvia. Además, al príncipe tampoco le importó el aguacero, puesto que todo el tiempo se mantuvo de pie y saludando desde el vehículo Mercedes Benz negro a los cientos de bogotanos que estaban por las calles.
“El príncipe lucía un elegante y sencillo traje de color verde oscuro, con saco de dos botones. Tenía zapatos negros, y sus medias, corbata y sombrero de color ‘carmelita’ hacían juego discreto con el vestido”, retrató el periódico local en ese entonces, destacando el carisma y la empatía que el integrante de la realeza reflejaba con los colombianos.
En Bogotá, el príncipe Felipe se reunió con el presidente, visitó la estatua del Libertador Simón Bolívar, donde dejó un arreglo floral y pudo ir a lugares como el Museo del Oro y la Catedral de Sal de Zipaquirá. Después de los debidos actos protocolarios, el príncipe se alojó en la suite del club militar.
Al siguiente día, viernes 16 de febrero, Felipe de Edimburgo visitó Cartagena de Indias, un viaje rápido del que regresaría a Bogotá el mismo día. Una de las anécdotas que más recuerdan quienes vivieron la visita del príncipe es que él piloteó el avión que lo trasladó desde la capital del país hacia la ciudad amurallada.
El duque piloteó el avión de la British European Airlines, el mismo que lo trajo hacia Bogotá, y en un viaje de cuatro horas, recorrió los cielos del territorio colombiano hasta llegar a La Heroica, donde el integrante de la realeza se mantuvo con su simpática actitud todo el tiempo, a pesar del inclemente sol que hacía sudar a toda su comitiva, él se mantuvo sonriente e intacto con su traje.
Como dato curioso, el portal El correo del Golfo resaltó que el piloto de dicho avión era Peter Middleton, “abuelo de Kate, actual Duquesa de Cambridge y esposa del Príncipe Guillermo, nieto de Felipe de Edimburgo”.
Felipe de Edimburgo mostró curiosidad por la fortaleza del Castillo de San Felipe y recorrió algunos de los barrios más populares de la ciudad, aunque no pudo hacer mucho por conocer a los cartageneros debido a su apretada agenda protocolaria.
En sus tres días de visita tuvo reuniones con el presidente Alberto Lleras Camargo y el ministro de Relaciones Exteriores, José Joaquín Caicedo, además, según el archivo de la agencia de noticias Associated Press, durante su estadía visitó la planta de ‘Colmotores Austin’ en donde revisó el proceso de fabricación y ensamblaje de carros y camiones.
De la misma forma, el archivo del British Pathé compartió algunas imágenes del paso del príncipe por Bogotá y Zipaquirá:
El funeral del Príncipe Felipe, duque de Edimburgo
Respetando su últimos deseos y siguiendo el protocolo, fue enterrado el sábado en St. George’s Chapel del castillo de Windsor, a unos 50 kilómetros al oeste de Londres, y debido a la pandemia solo asistieron al funeral 30 personas, en su mayoría familiares cercanos.
La ceremonia se transmitió por televisión. El sábado 17 de abril a las 16:00 UTC. El país guardó a esa hora un minuto de silencio. Tuvo un carácter excepcionalmente íntimo, muy alejado del funeral de Estado que se habría oficiado en otras condiciones. Y tuvo lugar en la St. George’s Chapel, en el Castillo de Windsor.
El féretro del príncipe, cubierto por su estandarte personal, fue conducido desde la entrada principal del castillo de Windsor hasta la escalera de la capilla en un Land Rover que, curiosamente, fue diseñado por el duque.
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