Angustiosos momentos vivieron los colombianos en el más reciente enfrentamiento a muerte del Desafío ‘The Box’, que le dio una nueva oportunidad a Morales, Acho y Esteban de poder continuar. En el último minuto, Tin perdió la batalla y se tuvo que despedir del equipo Beta.
Sin embargo, horas antes de ir al temido enfrentamiento, los integrantes del equipo Omega vivieron un momento de integración en el que Morales y Acho, portadores del chaleco de sentencia, compartieron con sus compañeros sus historias de vida, dejando en evidencia que sus vidas han sido todo un desafío desde siempre.
El emotivo momento lo inició Cristian Alexander Acho Buinage, a quien todos llaman Acho. El competidor de 31 años, que llegó representando a la región del Amazonas y tiene orígenes Uitotos, explicó que nació en Leticia, pero que al cumplir un año su madre lo envió con sus abuelos, quienes lo criaron y se convirtieron en sus padres.
“Mi abuela era una guerrera, ella iba a la chagra, un lugar donde se siembra plátano, yuca y maíz, ella llenaba un canasto grande de yuca y encima de eso me montaba y me cargaba. Me cargó así como hasta los cinco años”, recordó Acho y agregó que cada vez que se acuerda se abuela le dan ganas de llorar, pues ella murió en el 2009.
Entonces Acho prosiguió contando cómo llegó, desde el Amazonas, a Bogotá en busca de oportunidades. “Cuando mi abuela murió, en la billetera de ella quedaron 50 mil pesos y mi abuelo me los dio. Yo había estado trabajando cargando piedras y reuní 150 mil pesos, entonces ya tenía 200 mil”.
Con los $200.000 pesos en el bolsillo, Acho alistó maleta y emprendió su camino hacia la capital del país. “Viajé por río hasta Leticia, nos demoramos como 15 días, por ratos yo manejaba la lancha y el señor me dio 20 mil pesos. El pasaje me costó 180 mil y ya con eso llegué a Bogotá”.
Por otro lado, Jesús David Morales Sarchi, de 26 años y representante de los pastusos, reveló a sus compañeros que sus padres eran habitantes de calle. “Mi mamá y mi papá eran drogadictos, pues de costal, vivían en el lugar más paila de Ipiales, se llama ‘El Chorro’, es una olla. En medio de eso nací yo”, recordó Morales dejando sorprendidos a sus compañeros.
A pesar de la difícil situación, Morales recalcó que admira mucho a su madre, porque “ella lavaba ropa para mantenerse y mi papá siempre con el vicio. Mi mamá había comprado todo para cuando yo naciera, cuando yo nací ella se fue sola al parto, cuando llegó del hospital, mi papá había vendido todo solo para fumar bazuco”.
El competidor relató que, en ese momento, su madre se fue con él y le tocó quedarse con su hijo recién nacido en un parque. “Yo estoy aquí por ella, sé que ha pasado por muchas cosas y yo quiero lo mejor para ella, quiero que mi hija tenga las cosas que yo no tuve”.
Entre lágrimas, Morales les dijo a sus compañeros que todos tenían historias que los motivaban para estar ahí y que, en su caso, era agradecerle a su mamá haberlo sacado adelante.
Los competidores del equipo Omega agradecieron a sus dos compañeros que les contaran sus historias y los motivaron a que en el Desafío a Muerte demostraran todo su valor y que merecían estar en la competencia. Finalmente, Morales se salvó de la competencia y en un reñido final Acho logró vencer a Tin Castro, del equipo Beta, para quedarse dentro del juego.
Vea aquí las historias de Acho y Morales antes de estar en el Desafío The Box:
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