Este 14 de abril la Autoridad Nacional de Manejos Ambientales (ANLA) aprobó la modificación del Plan de Manejo Ambiental (PMA) del Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos mediante la Aspersión Aérea con el herbicida Glifosato (Pecig).
La aprobación del PMA es uno de los requisitos que en el 2017 ordenó la Corte Constitucional para reactivar la aspersión y se da después de que, el pasado 12 de abril, el presidente Iván Duque expidiera un decreto con el marco normativo para controlar el riesgo que conlleva para la salud y el medio ambiente el uso del glifosato.
En contexto: Anla aprueba Plan de Manejo Ambiental para el regreso de la aspersión con glifosato
Pero la idea de reiniciar las aspersiones para la erradicación de cultivos ilícitos viene de tiempo atrás. El pasado 24 de agosto de 2020 se conoció por parte del entonces ministro de defensa Carlos Holmes Trujillo que las fumigaciones con glifosato volverían a Colombia y que lo único que faltaba para retomarlas era el permiso de la Corte Constitucional. Esta declaración se presentó en medio de una ola de violencia que el difunto funcionario atribuyó a los grupos armados financiados por el narcotráfico.
Aún así, y pese a los informes de la OMS que advierten sobre la peligrosidad del glifosato y de la prohibición de la Corte Constitucional, el gobierno de Iván Duque se ha mantenido con su intención de volver a las aspersiones aéreas, con el objetivo de frenar la siembra de coca y minimizar las acciones del narcotráfico en el país; las cuales financian a grupos armados ilegales y a los que, según el ministerio de Defensa se les atribuyen las masacres en el territorio nacional, como las siete que se presentaron en agosto de 2020, que dejaron sin vida a 36 personas, incluidas menores de edad.
”Los sectores que están usando esto de manera falaz, injuriosa y calumniosa contra el gobierno deben tener perfectamente claro que los masacradores de hoy, son los mismos masacradores de ayer, que se están financiando con la coca producto del crecimiento de las hectáreas que han surgido a raíz de las políticas que ellos defienden”, señaló el exministro en una rueda de prensa que dio el 24 de agosto de 2020, un día después de que se conocieran en Nariño el accionar de tres masacres en tan solo 24 horas.
<b>El recorrido que recorrió la aprobación del PMA</b>
En 2015 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), máxima autoridad científica oncológica del mundo, que hace parte de la Organización Mundial de la Salud, publicó un informe donde dijo que el glifosato, herbicida fabricado por la empresa estadounidense Monsanto, usado para la eliminación de hierbas y arbustos, podía ser clasificado como “probablemente cancerígeno para los humanos”.
Veredicto que impulsó a que, en el mismo año el entonces presidente de Colombia Juan Manuel Santos, con el aval de la Corte Constitucional, prohibiera las erradicaciones de cultivos ilícitos que rociaban este herbicida sobre los campos sembrados de coca en todo el país.
Pues bien, la decisión de volver a las fumigaciones deja un panorama desalentador para campesinos, detractores y ambientalistas, quienes se oponen firmemente al regreso de las aspersiones con glifosato. Aún más hoy cuando la ANLA aprobó el Plan de Manejo Ambiental.
Pero esto era algo que se veía venir desde el pasado 27 de mayo de 2020, cuando un juez ordenó suspender la audiencia virtual en la que la ANLA planeaba para discutir el Plan de Manejo Ambiental para reanudar las fumigaciones. En dicha ocasión el gobierno no dio brazo a torcer y amparado en los hechos de violencia del momento, siguió buscando la forma de demostrar que se pueden hacer las aspersiones de forma segura.
Así entonces, el pasado 19 de diciembre, la autoridad pudo realizar dicha audiencia pública, en donde evaluó con las comunidades directamente implicadas el retorno de las fumigaciones aéreas, y realizó la esperada discusión del Plan de Manejo Ambiental.
De acuerdo con la ANLA, la aprobación de dicho plan está sustentada en argumentos técnicos, “que fueron resultado de la evaluación del estudio ambiental, de los aportes presentados por la ciudadanía y las autoridades durante el proceso de la Audiencia Pública Ambiental”. Para la modificación, explicó la agencia, también se tuvo en cuenta a investigadores y Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), entre otros.
El trámite de la modificación del PMA del Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos mediante la Aspersión Aérea con el herbicida Glifosato, comenzó en agosto de 2019, debido a la solicitud de la Policía Nacional de Colombia, según la ANLA.
La aprobación, sin embargo, no significa que ya hay vía libre para reanudar la aspersión. Para ello, “el Gobierno Nacional deberá cumplir con los requisitos establecidos por la Corte Constitucional en la Sentencia T-236 de 2017 y el Auto No. 387 de 2019″, manifestó la Anla.
De cumplirse dichos requisitos, el Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE), que con la Resolución 006 del 29 de mayo de 2015 suspendió la aspersión con glifosato, deberá decidir si la reanuda como estrategia para destruir los cultivos de uso ilícito en el país.
Lo cierto es que las aspersiones con glifosato no solo destruyen las plantaciones de coca ilegales sino también los cultivos de productos agrícolas como plátano, maíz y yuca que también se siembran en esas zonas. Para algunos conocedores del tema esto probaría la ineficacia de las fumigaciones con el herbicida.
“Puedo decir por experiencia directa, si un agricultor no quiere sembrar coca y el Ejército viene y rocía su campo, le garantizo que lo primero que hará el agricultor es empezar a cultivar coca, porque ¿qué más puede hacer cuando se destruye toda su producción?”, opinó en entrevista con CNN José David Hernández, agricultor de la zona rural de Antioquia que cultivó coca hasta 2018.
Pese a esto, el ministerio de defensa ha defendido constantemente su posición. Así lo hizo saber el pasado 9 de marzo, cuando en vocería del ministro de Defensa, Diego Molano, la cartera envió una respuesta frente a la carta de la ONU en la que le recomendó al Gobierno colombiano no reiniciar la fumigación con glifosato por la afectación de Derechos Humanos y el medio ambiente. De acuerdo con el alto funcionario, el mecanismo es “preciso” para eliminar los cultivos ilícitos en Colombia, motivante de la guerra interna que vive el país.
De hecho Molano declaró que uno de los principales retos que tiene el Gobierno es reducir las hectáreas de cultivos ilegales porque el narcotráfico es la “principal amenaza para Colombia”. Explicó, además, que el presidente Iván Duque busca “eliminar esa fuente de violencia, que es la que genera homicidios colectivos y asesinatos a líderes sociales”, en la misma línea de lo que había afirmado anteriormente su fallecido jefe de cartera de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.
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