Un caso que marcó la historia reciente de Colombia como uno de los mayores engaños a la justicia, fue el de Pablo Escobar y su breve paso por La Catedral, una prisión que él mismo adecuó en las montañas de Envigado (Antioquia) para tener todos los privilegios en medio de su “condena” y así evitar la extradición a Estados Unidos.
Canchas de fútbol, gimnasio, cascadas naturales, ventanales amplios con vistas de ensueño, cuadros decorando las paredes, eran algunas de las comodidades que disfrutaba el narcotraficante. Y si bien Escobar fue asesinado hace ya 28 años es innegable que la cultura mafiosa se permeó y se convirtió en un estilo de vida para muchos criminales que hoy día desde sus sitios de reclusión siguen haciendo de las suyas.
Así quedó evidenciado este sábado en el caso de Juan Guillermo Monsalve, exparamilitar condenado y quien es uno de los testigos claves en el proceso que se adelanta contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez por presunto fraude procesal y compra de testigos. Un informe de la Revista Semana afirma que Monsalve abusa de su condición de testigo para volver la casa fiscal de La Picota, donde se encuentra pagando su condena, en una cómoda celda en la que tiene privilegios como costosas botellas de licor, computadores, decoraciones, comidas ostentosas y también ha sido anfitrión de fiestas.
Como el de Monsalve, a lo largo de los últimos años han estallado otros casos de abusos a la autoridad y a la justicia por parte de los criminales condenados que se encuentran en cárceles de todo el país.
Los parapolíticos y el pabellón especial en La Picota
En el 2006 estalló en Colombia el escándalo de la parapolítica, decenas de congresistas, alcaldes y gobernadores fueron condenados por sus vínculos con los grupos que conformaban las Autodefensas Unidas de Colombia y que para ese momento ya habían iniciado el proceso de desmovilización.
La mayoría de parapolíticos condenados, unos 40, terminaron en La Picota, una cárcel ubicada en Bogotá y que se divide por pabellones. En el pabellón Ere (establecimiento de reclusión especial) Sur, terminó siendo conocido como el pabellón de los parapolíticos.
En 2010 varios medios de comunicación revelaron como estos presos tuvieron acceso a comida fresca de mar, botellas de whisky Sello Azul, gimnasios y constantemente los visitaban masajistas.
La permisividad del centro de reclusión y de las autoridades fue tanta, que se realizó la rumba de los ‘parapolíticos’ en La Picota como lo expuso el periódico El Tiempo. Se trató de la fiesta de cumpleaños del exsenador Juan Carlos Martínez. Fueron 34 los invitados y la reunión se prolongó por casi dos días. Alexis Lozano, director de la orquesta Guayacán, amenizó la reunión y el menú llegó a la cárcel en BMW enviados por los mejores restaurantes de la capital.
Los corruptos también mandan en las cárceles
Funcionarios y empresarios condenados por corrupción también han protagonizado escándalos de este tipo. En 2014 la W Radio reveló los lujos que tenían Manuel Nule y Mauricio Galofre en la penitenciaría El Bosque de Barranquilla, ambos condenados por el ‘carrusel de la contratación’ en Bogotá.
Estando en el pabellón ‘R’ no solo ofrecen comodidad y cubrir las necesidades básicas de un preso común, sino lujos. Cada uno tenía su propia habitación y su baño propio. En el cuarto tenían aire acondicionado, televisor de pantalla plana con televisión por cable, un closet pequeño repleto de productos importados, reservas de comida, una nevera y una pequeña mesa donde tienen los computadores y libros. Al fondo de la casa estaba la cocina acondicionada con modernos accesorios, ollas y electrodomésticos y tenían hasta una chef que les hacía la comida todos los días.
En su momento el director regional del Inpec, coronel Carlos Julio Pinedo, le dijo a la W que estos privilegios o lujos, si se compara con los internos de los pabellones regulares de esta penitenciaria, “están estipulados en la resolución 003836 del 22 de noviembre del 2013 en el que se les está permitido tener un televisor, una nevera y una persona que les cocine y las comodidades en sus cuartos”.
Pero los Nule en su paso por Bogotá precisamente por La Picota en 2012, le encontraron botellas de ron, dinero, celulares, un iPad y una consola de PlayStation, objetos que el Inpec les decomisó.
Otro caso fue el que protagonizó Jorge Luis López, hijo de Enilse López conocida como ‘La Gata’. Este sujeto fue el exalcalde de Magangué, Bolívar y purga una condena por el asesinato del periodista Rafael Enrique Prins Velásquez en 2005. Paga su condena en la cárcel de mediana seguridad de Sabanalarga (Atlántico), y el 23 de abril del 2019, cuando por orden de la dirección general del Inpec se hizo un operativo de vigilancia y control, en la celda de López fueron hallados televisores, relojes inteligentes, módems y más aparatos.
El interno además tenía en su celda un Apple Watch serie 5, un iPod, unos Airpods con cargador, un televisor Samsung de 47 pulgadas, dos purificadores de aire, un decodificador del DirecTV, un Blue Ray de marca Samsung y dos radios con puerto de entrada para USB, así como numerosos celulares y cargadores.
La fiesta de la Madame en la cárcel San Diego en Cartagena
Carmen Campos conocida como La Madame se ganó los titulares de la prensa nacional al ser capturada por ser la líder de una red de prostitución y por ser recluida en la cárcel de San Diego de Cartagena. En menos de un mes de estadía en esa prisión logró organizar una reinado que venía con parranda incluída.
La Madame, condenada a ocho años y un mes, apareció en una foto con el director de Distriseguridad Victor Hugo Arango y alertó al entonces fiscal Néstor Humberto Martínez de las fiestas, concierto y desfiles que organizaba internamente.
El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) es la entidad que debe garantizar que en las cárceles del país se cumplan las reglas. Le comentan a este medio que ellos constantemente hacen controles de seguridad pues está prohibida la tenencia de objetos que no estén dentro del marco establecido.
El Inpec también dijo que en el primer semestres del 2020 encontraron en las cárceles 374 celulares, 1.043 accesorios para celular, 553 armas blancas entre artesanales de fabricación carcelaria, 4847 litros de licor de fabricación artesanal o carcelaria 16.241 gramos de estupefacientes y 1.486.000 pesos.
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