Este viernes 9 de abril, la Fuerza Armada de Venezuela aseguró que tomó control de una zona fronteriza con Colombia que se ubica en la parte occidental del estado de Apure.
“La situación en el estado Apure está en control, nosotros tenemos control”, dijo en una entrevista con la emisora local Unión Radio el jefe del Comando Operacional Ceofanb, Remigio Ceballos.
De hecho, el pasado lunes se reunieron en Miraflores el ministro de la Defensa chavista Vladimir Padrino López, en compañía del almirante Ceballos y demás integrantes del Estado Mayor Superior de la FANB, para ofrecer un balance general de lo que llamaron la Operación Militar Escudo Bolivariano 2021, ejecutada en Apure.
Padrino López informó de una serie de medidas especiales para enfrentar, aseguran desde Venezuela, los hechos irregulares que se han suscitado en la zona fronteriza con Colombia.
“El Comando Estratégico Operacional (CEO) diseñará y ejecutará planes especiales de seguridad pública que enfrenten las acciones desestabilizadoras que atentan contra la paz y armonía de la Nación, la seguridad personal, el resguardo de las instalaciones, bienes públicos y privados, a fin de garantizar el orden interno y los derechos humanos”, señaló el ministro de Defensa.
Igualmente, señaló que a través de la Zona Operativa de Defensa Integral ZODI) Apure, conjuntamente con las autoridades civiles, regionales y municipales, “resguardarán los derechos humanos de las personas que habitan, transiten o trabajen en los municipios Páez, Muñoz y Rómulo Gallegos de la referida entidad llanera”. De igual manera, indicó que se establecerán restricciones de horario para los lugares públicos y privados de recreación e implementarán medidas y control de seguridad, con el fin de garantizar los servicios públicos y la paz ciudadana.
A 18 días de haberse iniciado el conflicto en el Alto Apure, entre la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y una facción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el peor saldo lo registra la institución castrense con ocho militares muertos en el terreno, unos por pisar minas antipersona sembradas por la guerrilla, otros en un hecho no explicado claramente y que hace presumir fue el ataque de los irregulares contra un vehículo militar y, el peor de todos, el accidente con un mortero.
La declaración de los diversos funcionarios del gobierno resultó incoherente desde el principio, hasta que fueron creando una sola pero inverosímil explicación: que el presidente de Colombia Iván Duque envió a la disidencia de las FARC a que invadiera el territorio venezolano y atacara a la FANB venezolana.
El problema con esa tesis es que ni siquiera al interior de la Fuerza Armada le dan veracidad, porque desde hace años es público, notorio y comunicacional que la guerrilla está en territorio venezolano, aunque el Gobierno se haya obstinado en negarlo.
También es un hecho que la disidencia de las FARC, sea la Nueva Marquetalia (FARC-Santrich) o las que no firmaron el Acuerdo de Paz (FARC-Gentil Duarte), son enemigos jurados del Gobierno colombiano; ambas FARC están enfrentadas. Las de Santrich han tenido la bendición de Nicolás Maduro. A las otras es a la que ahora llaman “terroristas y narcoparamilitares”.
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