La difícil situación humanitaria de migración que se vive en el bloque vegetal que se extiende en la frontera entre Panamá y Colombia es un tema de años. En las últimas horas, las autoridades del vecino país, reportaron el hallazgo de 4 personas que murieron, aparentemente, por ahogamiento cuando intentaban cruzar el río Darién para lograr cruzar la frontera.
El Servicio Nacional de Migración (SNM) indicó,en horas de la mañana de este sábado, que las víctimas eran tres hombres y una mujer, las cuales fallecieron cuando intentaban “ingresar a territorio panameño a través de la selva darienita”, un área inhóspita que ahora vive “el cambio de la estación seca a la lluviosa (...) haciendo aún más difíciles las condiciones” en la zona.
De acuerdo con el comunicado de la entidad panameña, “algunos migrantes que lograron ingresar a territorio panameño mostraron su preocupación, ya que otras personas que venían con ellos salieron hace más de diez días para tratar de atravesar las trochas darienitas para ingresar a Panamá por la frontera y aún no han logrado llegar a su destino”.
En los últimos tres años, Panamá ha recibido desde Colombia una oleada de migrantes originarios de países tan diversos como Cuba, Haití, Bangladesh o Somalia, todos decididos a aventurarse por el Darién para llegar, muchos kilómetros después, a Estados Unidos.
En un reciente informe de la cancillería de Panamá, durante el primer trimestre de 2021 han ingresado de manera irregular a Panamá 7.150 migrantes, 4.403 solo en el mes de marzo, sin controles previos de bioseguridad, pese a las disposiciones en materia de salud vigentes en los países por los que transitan, dijo el viernes la Cancillería panameña.
Dicha cifra hizo que el país centroamericano, el pasado 6 de abril, le solicitara al estado colombiano una reunión urgente para tratar el tema de la migración irregulares que viven miles de personas que atraviesan el Darién en busca del ‘sueño americano’.
Este viernes, la canciller panameña, Erika Mouynes, dialogó con su homóloga colombiana, Claudia Blum, en una reunión virtual en la que participaron altos funcionarios de ambos países, la cual tenía como fin lograr un acuerdo para atender de manera controlada la creciente llegada de migrantes irregulares a través de la inhóspita selva del Darién.
Panamá propuso de manera oficial un acuerdo de flujo controlado de migrantes que permita al país asegurar la atención que requieren estos transeúntes, que en su gran mayoría pretenden llegar hasta los Estados Unidos, propuesta que fue contemplada por la canciller de Colombia, quien advirtió que, “si no se actúa con celeridad y de forma coordinada” las cifras de migrantes que atraviesan de forma irregular la selva del Darién “pueden ser difíciles de manejar”.
El pasado 31 de marzo, Migración Colombia detuvo a 50 extranjeros que se dirigían en bus desde Caldas hasta Medellín de manera irregular. De acuerdo con las autoridades, el objetivo de los migrantes era llegar a la capital antioqueña para luego dirigirse a Turbo, municipio del Golfo de Urabá, desde donde pretendían avanzar hacia Panamá.
De los 50 migrantes, 40 eran haitianos (11 de ellos menores de edad) y el resto venezolanos, cubanos, cameruneses y marfileños.
El Tapón del Darién es un corredor selvático de 266 km entre Colombia y Panamá. Esta jungla virgen de 575.000 hectáreas y sin vías de comunicación terrestres se ha convertido en paso obligado para la inmigración irregular desde Sudamérica hacia Estados Unidos.
Panamá busca un acuerdo similar al que alcanzó con Costa Rica en 2016, mediante el cual San José permitía el acercamiento diario de unos 100 migrantes a su frontera.
Pero con la pandemia Costa Rica cerró el paso, lo que provocó que los extranjeros quedaran varados en Panamá, en medio de la desesperación y el hacinamiento en centros de acogida.
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