Desde enero de este año el paradero de la niña Sara Sofía Galván es incierto, la última vez que la vio su tía Xiomara Galván, fue cuando se la entregó a su progenitora, Carolina Galván, quien se encuentra hoy en la cárcel junto a Nilson Díaz, su expareja sentimental.
Una de los rostros visibles del caso que tiene en vilo a todo el país, es precisamente el de la tía de la menor de dos años, quien empezó con la intensa búsqueda de su sobrina a quien, según ha dicho a los medios locales, considera su hija.
Pues bien, Xiomara habló en días recientes ante las cámaras de Canal Capital y aseguró que le pidieron dinero por información del paradero de Sara Sofía.
“La última llamada que me hizo (un hombre) me dijo que eso era una banda muy grande y que el arriesgaba muchísimo”, señaló en el medio local la mujer, y al mismo tiempo agregó que, el hombre “decía que si se daban cuenta lo iban a matar. Me pidió 600.000 pesos para darme datos específicos”.
Galván señaló asimismo, que no pudo conseguir el dinero y que por ello dicho informante no se volvió a comunicar con ella. Por esto, piensa que la llamada puede ser un fragua para conseguir dinero a cuestas del caso, aún así, indicó que, la información que alcanzó a recibir le dio esperanza de encontrar viva a su sobrina.
Esta no es la primera vez que Xiomara recibe información proveniente de llamadas. De hecho, lo que llevó a la Policía a descartar que Sara Sofía esté fuera de Bogotá fue precisamente la comunicación de un informante quien le dijo a Galván que la niña estaría en Bucaramanga.
“Se ha descartado (la presencia de la niña) en otros puntos del país. Hemos estado en contacto con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, han enviado videos mostrando a posibles niñas que fueran Sara Sofía y lo hemos descartado de manera presencial con unidades investigativas de la Policía Nacional”, dijo el general Jorge Luis Vargas a Semana.
El oficial también indicó en días recientes que, sobre la investigación para dar con el paradero de la pequeña hay importantes avances, “pero por el momento no se pueden revelar a la opinión pública para no interferir el proceso”.
“No podemos dar a conocer sobre esos avances, precisamente por lo que significa en la reserva de la misma investigación. Son avances frente a los elementos probatorios y la evidencia física”, agregó.
Tampoco descartó que la menor esté viva, y espera como, muchos colombianos, que la pequeña aparezca sana y salva.
Sobre el destino de la menor, las autoridades tienen dos hipótesis: que fue arrojada por su progenitora al río Tunjuelo, en el sur de Bogotá, luego de que la bebé falleciera, o que fue víctima de tráfico de personas.
La madre de la pequeña ha sostenido su versión ante las autoridades de que Sara Sofía murió y ella por miedo lanzó su cuerpo al agua. En la emisora RCN Radio se conocieron más detalles de esa declaración, donde indicaron que su entonces compañero sentimental, Nilson Díaz, sería el responsable de la muerte de la pequeña.
Galván indicó que fueron descuidados con la bebé y que el 27 de enero, cuando ella regresaba de ejercer la prostitución en la zona de tolerancia en el sector de María Paz, en el sur de la ciudad, encontró a la bebé dormida.
Sin embargo, Díaz la despertó porque encontró en estado crítico a la pequeña: “A las seis de la tarde Nilson se para a mirar la niña, cuando él manda a los niños para la sala y me llama: ‘¡Caro, venga!’ Cuando yo veo a la niña botando espuma por la nariz, entonces, yo me ataqué a llorar y empezaba a mover la niña para que se despertara”.
En el relato señaló que, el hombre fue quien la envolvió en cobijas y se la llevó para arrojarla al Tunjuelo.
“La dejamos como media hora ahí y al rato Nilson coge una cobija azul oscura. Nilson envolvió la niña toda de pies a cabeza y la metió en un costal blanco de fibra blanco y la dejó en la sala”, aseguró en su declaración la madre de la pequeña.
Este escabroso accionar, según la mujer, se realizó en la presencia de los hijos de Nilson Díaz, que son otros cuatro menores de edad que están bajo la potestad del Instituto de Bienestar Familiar.
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