En la tarde del martes 6 de abril, en la vía Chimitá, en Girón, Santander, se produjo una grave explosión que dejó una persona muerta y otra herida. La detonación se dio en un tanque de combustible de tracto camión dentro de un taller de soldadura, donde uno de los soldadores estaba realizando un peligroso trabajo de mantenimiento al camión.
El hombre que falleció fue identificado como Édgar Moreno Monsalve, de 46 años, quien era el hombre que estaba trabajando en el tanque del vehículo que explotó y presentó quemaduras de tercer grado en el 90% de su cuerpo, así como múltiples hemorragias internas. El herido fue su hijo Carlos Andrés, quien afortunadamente se recupera satisfactoriamente de las quemaduras y heridas.
Al lugar llegaron equipos de Bomberos y de la Policía Nacional, quienes lograron rescatar, además de los dos hombres, a cuatro perros que también estaban al interior del taller ubicado en la calle 2 con carrera 2. Édgar y su hijo fueron sacados del lugar con vida por los demás trabajadores del lugar y trasladados en una camioneta de un vecino al Hospital de Girón; sin embargo, el hombre de 46 años presentaba quemaduras tan graves que llegó sin signos vitales al centro médico.
Según el reporte de las autoridades, Carlos Andrés Moreno Monsalve solo presentó algunas heridas y quemaduras ante la explosión, pero su recupera bajo cuidado médico, mientras que su padre, al estar tan cerca del tracto camión que explotó fue encontrado “casi muerto”. Édgar tenía toda la ropa quemada y su piel también se estaba desagarrando ante el impacto de la detonación, lo que causó que no alcanzara a sobrevivir.
El medio Vanguardia, que conoció declaraciones de los trabajadores del taller de soldadura de Édgar Moreno, reveló que el hombre de 46 años realizaba este peligroso trabajo con el afán de conseguir un dinero que le debía a un ‘gota a gota’. Los trabajadores del lugar describieron a Moreno como “un perro viejo” en el oficio de la soldadura, pero su experticia no fue suficiente, pues combinar fuego con un tracto camión que transporta ACPM nunca va ser buena idea.
El afán por conseguir el dinero que, según indicaron, iban a cobrarle cada día, hacía que Moreno aceptara trabajos extra y peligrosos para juntar más efectivo. Los conocedores del trabajo del señor aseguraron al medio regional que él aceptaba hacer trabajos de mantenimiento a tanques de combustible sin antes desgasificarlos, confiado en sus años de experiencia y, hasta este martes, se había salvado del desastroso desenlace.
Mientras realizaba el peligroso trabajo, Moreno fue víctima de la peligrosa situación a la que se estaba enfrentando, el tanque explotó y las llamas afectaron todo su cuerpo, debido a su cercanía a la explosión. En el taller había más trabajadores, quienes ante el estallido salieron corriendo del lugar o cayeron en los escombros del lugar, pero sin heridas graves.
Entre el tumulto de personas que se conformó alrededor del lugar se escuchaban diferentes declaraciones. “Estaba muy endeudado, por eso recibía todo lo que llegara, uno confía en los clientes y asume que dicen la verdad, pero ese tanque tenía algún químico, esa vaina no explota así porque sí”, mencionó uno de los conocidos del soldador.
Al escuchar los gritos de Édgar al interior de las llamas, sus hijos y los demás trabajadores empezaron a enfrentar el fuego con extintores y hasta gaseosas que encontraban, pero llegar a él era cada vez más difícil y la ambulancia no hacía presencia en el lugar. Fueron unos trabajadores los que lograron arrastrar el cuerpo del hombre fuera de las llamas, pero todo su cuerpo ardía, según relató el medio, a pesar de que los empleados tenían guantes, al sacar a Édgar estos se derritieron y quedaron con sus manos al “rojo vivo”.
“Cargamos a mi compadre en mi camioneta y nos lo llevamos a la clínica, estaba muy mal pero respiraba”, relató Pedro López, uno de los trabajadores al medio.
En el lugar, además, hicieron presencia los prestamistas que cumplían la cita diaria para cobrarle el dinero al trabajador, quienes se sorprendieron al ver que del taller solo quedaban cenizas y que el deudor había fallecido.
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