La Fundación ProAves de Colombia denunció, este martes 30 de marzo, que en los municipios de San Vicente de Chucurí y Betulia, en el departamento de Santander, algunos habitantes de la zona están quemando intencionalmente los bosques que colindan con la reserva natural ‘Pauxi Pauxi’.
La ONG encargada de la conservación de las aves y sus ecosistemas en el país, solicitó a las autoridades nacionales detener estos incendios, que se vendrían presentando desde hace varias semanas en inmediaciones de esta reserva en la que se protegen diferentes especies de aves y mamíferos.
“Una grave situación se presenta en los límites de la reserva ProAves ‘Pauxi Pauxi’. Pedimos ayuda urgente a las autoridades para detener los incendios provocados intencionalmente por algunos habitantes de la zona”, señaló la fundación en un video.
La reserva “Pauxi Pauxi” de ProAves, en Cordillera Oriental en los Andes colombianos sobre el cerro La Paz, fue establecida para la protección de especies endémicas y en peligro como la del paujil copete de piedra y algunos mamíferos como el oso de anteojos.
Según las denuncias realizadas por ambientalistas de este departamento al oriente de Colombia, los incendios indiscriminados serían provocados por los habitantes que buscan sembrar cultivos en estas zonas boscosas, lo que representa una amenaza para las especies en peligro de extinción y sus hábitats.
Por su parte, la Corporación Autónoma de Santander no se ha referido a estas denuncias presentadas a las autoridades locales y a los entes gubernamentales.
Dos de las zonas más afectadas por la deforestación en el mundo están en Colombia
World Wildlife Fund Colombia (WWF) dio a conocer un informe en el que señala que actualmente existen en el mundo 24 lugares altamente amenazados por la deforestación, entre los que están la Amazonía colombiana y el Chocó Darién, de Colombia y Ecuador.
El reporte, denominado “Frentes de deforestación; impulsores y respuestas en un mundo cambiante” analiza estos lugares, que tienen una concentración significativa de puntos críticos donde grandes áreas de bosque remanente se encuentran amenazadas.
Según la información de WWF, nueve de estos 24 frentes de deforestación están en América Latina: seis en la Amazonía en Brasil, Colombia, Perú, Bolivia, Venezuela/Guyana; otro en el Gran Chaco (Paraguay/Argentina); uno en el Cerrado (en Brasil); uno en Chocó-Darién – Colombia/Ecuador; y otro en la Selva Maya (México/Guatemala).
De acuerdo con la organización, en estas zonas se identificaron 12 impulsores de deforestación, “entre los que la agricultura a gran escala se ubica como la mayor causa detrás de la pérdida de bosques alrededor del mundo, con áreas boscosas despejadas, para dejar espacio al ganado y los cultivos”.
La resolución de la problemática necesita cambios transformadores
El informe llama la atención sobre el papel de la deforestación y la degradación forestal, “como los principales impulsores de las enfermedades zoonóticas”. Según explica la organización, “cuando están sanos, los bosques son un amortiguador contra enfermedades como el covid-19. Pero cuando los bosques son atacados, sus salvaguardas se debilitan, ocasionando la propagación de enfermedades”.
Fran Raymond Price, líder global de la práctica de bosques de WWF, señaló la importancia de cambiar nuestra relación con la naturaleza. Según ella, “debemos abordar el consumo excesivo y dar más valor a la salud y la naturaleza en lugar del actual énfasis en el crecimiento económico y las ganancias financieras a toda costa. El riesgo de que surjan nuevas enfermedades es mayor en las regiones de bosques tropicales que están experimentando cambios en el uso de la tierra”.
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