Hace unas semanas el Gaula de la Policía Metropolitana de Bogotá, confirmó que se tomaron, en un operativo, la cárcel Modelo en la capital con el fin de encontrar elementos materiales que se vinculen a llamadas de carácter extorsivas.
De este modo lograron la incautación de 84 teléfonos celulares, 160 simcard, armas blancas de fabricación artesanal, memorias USB y varios carteles pegados en el techo en donde se podía evidenciar los nombres y números telefónicos de diferentes víctimas, entre comerciantes, ama de casa y empresarios a los cuales llamaban para exigirles ciertas cantidades de dineros que oscilaban entre los 100.0000 mil pesos hasta los 5.000.000 millones de pesos.
Luego de este hecho, la Policía denunció que infiltraron a una persona de la institución para ver cómo operaban estos delincuentes, así fue como encontraron que, alias El Gordo, junto con otros 10 reclusos, hacía parte de una banda de extorsionistas que habían formado una central de comunicaciones la cárcel Modelo.
La banda delincuencia tenía, en los carteles pegados, los nombres y números de cuentas a donde debían consignar dinero las personas a quienes extorsionaban. El Gaula confirmó que los internos ocultaban en caletas, debajo del piso, los celulares con los que hacían las llamadas, además, se logró verificar que todos los equipos eran robados pero a los que se les había cambiado el serial.
Por medio de esta información, alias El Gordo, ordenaba asesinatos y extorsiones a diferentes ciudadanos, según contaron los uniformados a Noticias Caracol, desde la Modelo, el hombre contrató a un sicario en Medellín para que llegara a un barrio del sur de Bogotá y asesinara a un comerciante que se negó a pagar una extorsión.
El agente infiltrado, además, informó al grupo élite del Gaula, que se había ordenado el asesinato de otro comerciante en Bogotá, cuando la Policía llegó al lugar encontraron que el sicario era un adolescente de 16 años.
“Cuando el menor fue aprendido, según lo que nos dijo, estaba recibiendo instrucciones de una persona que se encontraba en un patio en un centro de reclusión de la capital del país, la orden que le había dado era que si no era reclamado el dinero, debía asesinar a la persona que tenía que entregárselo”, dijo el mayor Adrián Ramos, comandante del Gaula de la Policía en Bogotá.
El menor confirmó que alias ‘el Gordo’ era quien lo había contratado para ejecutar esos crímenes.
Los casos de extorsión telefónica que se han venido denunciando en el país van desde el ofrecimiento de falsas oportunidades de empleo hasta usar mensajes para pedir dinero en nombre de personas a las que les hurtan la identidad. La Fiscalía General de la Nación, en el último año, abrió investigación por 1.254 casos de extorsión carcelaria.
“Estos delincuentes a pesar de que están en centros carcelarios intimidaban y exigían dineros a las personas. Normalmente recibimos a la semana alrededor de unas 20, 30 o 40 denuncias sobre estas modalidades y lamentablemente hay muchas personas que toman la decisión de consignar, de pagar”, confirmó a Noticias Caracol el general Óscar Gómez, comandante de la Policía de Bogotá.
Para hacer más creíble el engaño los hombres usaban una grabación telefónica especial para que las personas no se dieran cuenta que es una estafa hecha desde la cárcel.
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