“Estoy en contra del feminismo que ataca a todos los hombres”, una charla con Esperanza Gómez

Desde que inició la pandemia, el entretenimiento para adultos ha sido uno de los sectores que más dinero ha recogido, tan solo en los primeros tres meses del 2020, cuando inició la cuarentena en el mundo, los ingresos del sector aumentaron en un 300%, esto según cifras de Juan Bustos, uno de los pioneros de este negocio en Colombia.

Sin embargo, el modelo de negocio de la pornografía también cambió, las plataformas digitales que permiten el acceso a contenidos de entretenimiento se hicieron cada vez más famosas y a través de ellas se está recaudando más dinero, una de ella es Only Fans, por medio de la cual se pueden vender fotos y videos sugestivos o explícitos. Una de las pioneras de este negocio y de las mujeres más buscadas en la plataforma es la actriz porno colombiana Esperanza Gómez, quien lleva trabajando por este medio los últimos cuatro años.

Desde Infobae hablamos con ella para conocer cómo ha sido el cambio de trabajar con el porno tradicional y migrar netamente a plataformas digitales. Además aclaró que ella no se ha retirado del porno, que por el contrario, está más vigente que nunca.

Además dejó claro que, muy contrario a lo que piense la gente, la pornografía no ha caducado, lo que pasó con el negocio es que se actualizó y no precisamente en pandemia, lo hizo desde muchos años atrás... solo que en Latinoamérica llegó más tarde.

Por otro lado dejó claro que el negocio que muchos ven ahora en este tipo de plataformas se está mal entendiendo pues, asegura, que Only Fans no solo es para vender material para adultos, sino que la plataforma permite a los usuarios acceder a cualquier tipo de contenido, ya que en Estados Unidos, se creó este espacio para que los artistas tradicionales de Hollywood pudieran hacer dinero extra vendiendo material inédito. Luego fue que la industria del porno vio una oportunidad en este espacio y empezaron a generar más movimiento.

Aunque en Latinoamérica este tipo de plataformas se están dando a conocer desde hace menos de un año, la actriz asegura que el público latino es el más difícil pues no les gusta pagar por el contenido, además, desde aquí es donde se está usando el espacio para lavar dinero del narcotráfico por lo que teme que puedan cerrar el acceso en estos países.

En cuanto a las diferentes críticas que reciben las mujeres en Colombia que decidieron convertir estas plataformas como un medio de trabajo, Gómez dejó claro que en un país como el nuestro, en donde las necesidades abundan y la falta de oportunidades se hace más grande, hay mujeres que optan por hacer estos trabajos y que no hay que juzgarlas, por el contrario, apoyarlas.

Y aunque sigue siendo una industria que genera cientos de millones de dólares al mes, las mujeres que trabajan en este oficio siguen siendo discriminadas y estigmatizadas, a lo que Esperanza responde, de manera contundente, que el público en colombiano siempre juzga y es doble moralista.

Frente a este tema y a la libertad de expresión que tienen las mujeres con su cuerpo, Esperanza se atrevió a hablar de feminismo y dejó claro que, aunque apoya el movimiento y las causas para igualar derechos entre hombres y mujeres, no se siente identificada con muchas de las ideologías, varias en las que se atacan a los hombres solo por ser hombres, pues cree que se sigue victimizando a las mujeres cuando debería ser todo lo contrario.

Seguir siendo la referencia del porno colombiano desde hace más de diez años:

Frente a quienes creen que ya pasó su tiempo como actriz y que es momento de retirarse, Esperanza asegura que no está caduca y que tiene más energía que nunca para seguir trabajando.

Además de su trabajo en el porno, la actriz es una de las líderes del gremio de web cams que está protegiendo los derechos de las modelos en Colombia y una de las personas que apoyó que se creara una ley para legalizar el negocio, pues cree que se sigue estigmatizando y discriminando a quienes viven de esta industria y no pueden acceder a los mismos derechos que empresarios de otros negocios, a pesar de pagar impuestos, tener en regla los papeles con la DIAN y hacer el trabajo con todos los requisitos legales que exige el Gobierno.

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