Monseñor Luis José Rueda, máximo conductor de la iglesia católica colombiana como arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, hizo públicas sus opiniones, en vocería de aquel ente, respecto a varias situaciones que hacen parte de la realidad actual del país, en una entrevista para el periódico El Tiempo.
El asesinato masivo de líderes sociales, la crisis del coronavirus, la situación económica de los colombianos, entre otras cosas, hicieron parte del diálogo que tuvo rueda con Yamid Amat, quien calificó al religioso como “luchador, franco (...)sacerdote peregrino (...) como él tienen el valor de denunciar las cosas que nos golpean”.
“La pandemia ha sensibilizado sobre la urgencia de revisar nuestro estilo de desarrollo”, empezó diciendo el sacerdote al referirse al panorama en el que, según él, están sumergidos los colombianos. Para Rueda, uno de los aspectos positivos de la pandemia, a la que él se refiere como una época llena de “luces y sombras”, tiene que ver con el alza de la voz que se ha visto frente a la “pérdida de humanidad”.
La indiferencia, según le comentó el arzobispo al periodista, se ha reducido gracias a los ciudadanos que, de una u otra manera, han dedicado parte de su tiempo y sus esfuerzos para defender el derecho a la vida.
“Escucho a numerosas organizaciones que están construyendo un proyecto de país incluyente (...) Por otro lado, percibo con tristeza la sombra de la muerte que se cierne sobre tantas regiones y comunidades amenazadas, confinadas, desplazadas”, aseguró Rueda.
La responsabilidad del avance del país, sin embargo, no debería recaer sobre la ciudadanía en su totalidad, para el Monseñor, el Gobierno tiene un papel fundamental para poder mejorar las condiciones de vida de los habitantes del país que administran.
“La sombra de una crisis social y económica de grandes magnitudes que tomará tiempo en despejarse y que requiere un compromiso político al servicio del bien común, menos polarizaciones, menos polémicas estériles y más compromiso en unidad por un proyecto común de nación”, sentenció el arzobispo que, en su opinión, manifestó que solo así se puede pensar en un presente y futuro que incluya a todos, y a largo plazo.
Para Rueda la pobreza es un tema que, si bien ha afectado fuertemente a la población en los últimos meses, luego de que se declarara la emergencia sanitaria nacional en el primer semestre del 2020, es un flagelo que ha golpeado fuertemente a los colombianos desde hace varios años. La pandemia funcionó, según él, como un detonante.
“Hay que ir más lejos con la reflexión y más profundo en la acción, esta situación de pobreza se ha venido incrementando con la pandemia. Es importante mencionar que ya afectaba a millones de colombianos antes de la pandemia y la llegada del covid ha hecho que muchos más colombianos estén en la pobreza extrema”, recalcó el religioso que, aunque resaltó la labor que ha venido haciendo el Gobierno nacional, a manos de Iván Duque, también lo cuestionó por la falta de medidas más efectivas y eficientes.
“Se hace necesario tener condiciones que permitan reactivar la economía con el fin de poder generar empleos que les permitan a las familias tener lo necesario para responder a las necesidades básicas”, manifestó.
Según Rueda, la polémica llegada de una reforma tributaria, es un hecho cuestionable y, en sus palabras, “no sé si es oportuno este momento”. De acuerdo con su juicio, dicha actualización en la forma en la que los colombianos tendrán que pagar sus impuestos, tendrá que estar acompañada de un proceso pedagógico que deje en claro, principalmente, que no está dirigida a afectar a los más pobres del país.
“Entendemos que en este tiempo el Estado necesita recursos para responder a la pandemia. Sin embargo, con la actual crisis social, muchas personas han tenido que restringir la alimentación, no sé si es oportuno este momento. Si se presenta esta reforma, es importante que sea progresiva y con un ejercicio muy fuerte de pedagogía y claridad sobre cómo funciona, y además con la certeza de que no afecte a los más vulnerables. Que los sectores más pudientes asuman solidariamente la tarea de contribuir mucho más”, argumentó.
El hambre, una de las problemáticas más grandes, consecuencia de la pobreza en Colombia, es un punto en el que ,según Rueda, hay que poner particular atención pues, de acuerdo con palabras tomadas del Papa Francisco, y parafraseadas por el Arzobispo, “el hambre es una tragedia creciente, es una vergüenza, es un enemigo devastador de los más pobres, es un pecado social, es un tema que requiere soluciones urgentes y sostenibles, acciones concretas que conduzcan al desarrollo rural integral. Menos corrupción y más atención concreta al campesinado productor de comida”.
En medio de su diálogo con Yamid Amat, el máximo conductor de la iglesia católica colombiana como arzobispo de Bogotá, y primado de Colombia, manifestó que la clave para destruir la brecha de la desigualdad tiene que ver con el impulso a temas trascendentales como la educación y la salud, “con el fin de que permita avanzar hacia un desarrollo humano e integral”.
Así mismo, respecto a la violencia en Colombia, Rueda aseguró que el asesinato de líderes sociales, que hacia marzo de 2021 dejó a más de 30 personas asesinadas por sus labores por la comunidad, se trata de un atentado en contra de la democracia.
“Una comunidad sin líderes es una comunidad altamente vulnerable y con escasas posibilidades de crear un proyecto de vida que garantice los derechos fundamentales de todos. Atacar a los líderes sociales es atacar la democracia en su base”, destacó.
Hacia el final de su entrevista para El Tiempo, Monseñor Luis José Rueda se refirió a la migración de ciudadanos venezolanos a Colombia, y aceptó que, aunque existen algunos de ellos que han cometido errores, es injusto juzgar a todos, y más cuando debería existir un sentimiento de hermandad y tolerancia.
“Debemos entender que todos los seres humanos son nuestros hermanos. Algunos tomaron caminos que causaron dolor, pero todos somos hijos de Dios Padre. Debemos estar dispuestos a recibir a quienes han tomado la decisión de cambiar su camino”, dijo y agregó, “el Papa Francisco nos viene insistiendo en cuatro verbos que nos pueden guiar frente a la migración, que son: acoger, proteger, promover e integrar”.
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