Las autoridades de Caldas y Risaralda continúan echando mano de todas las medidas disponibles para acelerar el rescate de 11 trabajadores atrapados en una mina de oro en la zona rural de Neira. De acuerdo con un reporte de la revista Semana, tanto la alcaldía de ese municipio, como la de Quinchía, declararon calamidad pública debido a la emergencia.
La decisión se tomó este sábado 27 de marzo durante un puesto de mando unificado en el que participaron los alcaldes de ambos municipios, organismos se socorro, la Agencia Nacional de Minería (ANM), la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y las secretarías de Gobierno y de Medio Ambiente de Caldas.
Se buscó dicha declaratoria pues, según explicó el secretario de Gobierno Jhon Jairo Castaño, a la revista colombiana, se trata de una figura que garantiza mayor libertad a la hora de tomar decisiones financieras para acelerar el proceso de rescate.
En palabras del funcionario, “Con la presencia de los dos alcaldes se aprobó para ellos que se decrete la calamidad pública y en ese sentido ellos van a tener la posibilidad de tener unos instrumentos que desde lo jurídico permitan generar acciones financieras para poder acompañar mejor esta situación”.
Dicha declaratoria está reglamentada por la ley 1523 de 2012 y no solo sirve para establecer un régimen especial en el que se ejecutan la contratación y compra pública de implementos necesarios para solucionar la calamidad sin necesidad de licitaciones que pueden tomar semanas o meses, sometiendo a la administración local a un posterior estudio fiscal sobre las adquisiciones; sino también para facilitar la colaboración interinstitucional.
Según el documento, las entidades territoriales “podrán colaborar con otras entidades territoriales de su mismo rango o de rango inferior o superior cuando tales entidades se encuentren en situaciones declaradas de desastre o de calamidad pública. La colaboración puede extenderse al envío de equipos humanos y materiales, recursos físicos a través de redes esenciales, elaboración conjunta de obras, manejo complementario del orden público, intercambio de información sobre el desastre o su inminente aparición y, en general, todo aquello que haga efectivos los principios de concurrencia y subsidiariedad positiva en situaciones de interés público acentuado”.
Es por medio de este tipo de acciones que los mandatarios locales decidieron ceder el liderazgo de los esfuerzos de rescate a la Agencia Nacional de Minas, que según Castaño cuenta con la experiencia y el conocimiento necesarios para llevar dichas acciones a feliz término.
De igual forma, se resolvió solicitar el apoyo del Gobierno nacional para gestionar un helicóptero de la Fuerza Aérea Colombiana, FAC, que se encargue del traslado de una serie de motobombas más capaces, desde un sector del río hasta la desembocadura de la mina, para poder evacuar el agua que inunda el socavón con más efectividad.
Si bien ninguno de los alcaldes municipales se ha referido públicamente a la declaratoria, el mandatario de Neira, Luis Gonzaga Correa señaló que ya está aprobado el plan de acción para la búsqueda y rescate de los mineros. “Continuamos en vilo por tan lamentable suceso y esperamos poder realizar el rescate de las personas que allí quedaron atrapadas en la tarde de ayer 26 de marzo”, dijo.
Tras el derrumbe que colapsó la estructura de un yacimiento de oro ubicado en Caldas en horas de la tarde del viernes, en el sitio trabajan 25 bomberos de Neira, Riosucio, Quinchía y 23 socorristas de la Agencia Minera, al igual que un paramédico y siete integrantes de la Defensa Civil, además de efectivos de la Policía y el Ejército.
Gracias a esas labores, el secretario de Gobierno Departamental pudo reportar los nombres de ocho de los mineros que permanecen atrapados.
Según esta última información, tres mineros pertenecerían a la misma familia, se trata de Edwin Tabarquino, Milton Alexis Tabarquino y Diego Felipe Tabarquino. Por otro lado están otros cinco mineros identificados como Jhon Edwin Gómez Tapura, Juan Bautista Bañol, Sandro Escarpeta, Samuel Tapasco y Sebastián Trejos. Hasta el momento no se ha podido establecer contacto con ninguno de ellos.
Según le explicó Santiago Valencia, uno de los mineros de la zona, a Noticias Caracol, el accidente no tendría que ver con un deslizamiento como se pensó en un principio, sino con una inundación causada por el río Cauca, que se ubica a pocos metros del lugar de explotación.
“Escuchamos el alboroto de la plumera, ‘que el río, mucha agua, mucha agua’. Corrí a mirar los huecos, todos llenos de agua”, explicó el trabajador, agregando que de inmediato buscó las motobombas para evacuar la inundación. No obstante, esta fue más rápida para llenar el socavón dadas las fuertes lluvias de los últimos días y que aportaron al crecimiento del Cauca.
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