Así recordó Tin Castro, del ‘Desafío The Box’, cuando fue secuestrado a sus 8 años

En medio de las dificultades que enfrenta su equipo actualmente, el capitán de los Beta les contó una historia para darles una lección de fortaleza.

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Foto: @tincastro19
Foto: @tincastro19

Desde el pasado 15 de marzo, los colombianos empezaron a ver en sus televisores la nueva edición del tradicional ‘Desafío’ de Caracol Televisión. El reality show se ha realizado cada año, a excepción del pasado 2020, cuando, al igual que otros grandes eventos y programas que solían disfrutar los ciudadanos, tuvo que ser cancelado por la pandemia del coronavirus.

Además de las duras pruebas en los ‘boxes’, las jugadores viven momentos especiales en sus casas en medio de risas y lágrimas. En la noche de este viernes 26 de marzo, Tin Castro, capitán del equipo Beta, sentado en el piso y a oscuras junto a sus compañeros recordó una dura experiencia que vivió en su niñez y que, según él, lo hizo madurar muy joven.

Durante los últimos días de la competencia, el equipo de Augusto Castro, más conocido como ‘Tin’, ha tenido que padecer el hambre y la incomodidad, pues perdieron las competencias que dan el beneficio de la comida, servicios públicos y bienestar. Por eso, en medio de la noche, cuando tienen que dormir en el suelo, con algunas linternas y con la intención de no pensar en la comida que no pueden tener, deciden contar historias de sus vidas para conocerse mejor.

Fue en uno de esos momentos cuando el paisa sorprendió a sus compañeros contando que fue secuestrado cuando apenas tenía 8 años de edad, historia que ya había recordado cuando participó en la versión del ‘Desafío’ en 2016. “Les voy a contar la historia de cuando me secuestraron”, declaró el capitán del equipo y recordó que cuando él tenía 8 años y vivía en Antioquia, el secuestro de menores de edad se estaba convirtiendo en el pan de cada día.

A Tin lo secuestraron porque, en ese entonces, era campeón mundial de bicicross, así que sus captores pensaron cobrar una millonaria cifra por él, pero sus padres no tenían los recursos para pagar su rescate. “Yo estudiaba y la que me llevaba al colegio era mi tía, siempre que íbamos para el colegio, siempre había un carro parqueado en una esquina, ese carro me llamaba mucho la atención. Un día, el carro ya no estaba, y en la cuadra de adelante ese carro se nos adelantó y se nos atravesó”, relató Castro recordando que era un vehículo de color vinotinto.

“Se bajaron cuatro manes armados, ‘bájense, bájense’, y todos se bajaron menos yo, yo quedé paralizado. Y el man ‘no, no, queremos es al niño’, me bajaron y me montaron al otro carro, yo estaba en shock y orinado del susto”, recordó el hombre de 34 años.

Según Castro, cuando pudo hablar dentro del carro de sus captores les preguntó que para dónde lo llevaban y estos le dijeron que iban a llevar con su papá. “Me llevaron a un pueblo lejano y me metieron en la última casa de ese pueblo, allá dormí un poco. Al amanecer llegamos a otra casa y me dijeron que ahí era donde nos íbamos a quedar”, agregó que aunque no les quería recibir comida a los secuestradores, estos lo convencían diciéndole que si no comía no iba a ver a su papá.

El deportista recordó que pasaban muchos helicópteros por la zona y que cada vez que se escuchaba uno de estos lo mandaban a esconderse. “Bajó un helicóptero y los manes empezaron a gritar ‘vinieron por nosotros, vámonos’. Todos íbamos corriendo por el monte y los helicópteros pasaban muy cerca, pero ellos solo me decían ‘si sales te matamos’”.

El campeón de BMX aseguró que tuvieron que estar toda la tarde en el monte, mientras escuchaba que lo llamaban, pero no podía reaccionar. Así pasaron 20 días, en los que Castro no pudo responder a los llamados de quienes lo buscaban en medio de la zona rural, hasta que una noche sus captores decidieron liberarlo.

“Me dijeron que me bajara por un barranco y que allá encontraba una tienda, que les pidiera ayuda para coger un bus. Iba en el bus y llegamos a un estadero cerca a Medellín, me bajé para ir al baño, cuando subí al bus, en mi silla estaba sentado ‘Giovanny’ (uno de los secuestradores)”, dijo Castro.

Sin embargo, el niño logró escapar del hombre y encontró refugio en un celador que le permitió llamar a su casa. Horas después, Tin se reencontró con su padre y demás familia para acabar con la experiencia que, según alcanzó a decir, fue planeada por un trabajador de la finca de su familia.

“Eso me hizo madurar muy rápido, pero aprendí a valorar que lo bueno de la vida son cosas muy pequeñas”. Recordar esas noches en el monte, finalizó Castro, lo hacen sentir afortunado en el ‘Desafío’, a pesar de estar sin comida y sin nada, pero libre.

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