La cuaresma, el tiempo previo a la celebración de la Semana Santa en la tradición católica, suele ser una de las temporadas del año en la que más se presentan afectaciones a la fauna en el país, por tráfico para consumo y tenencia de especies silvestres.
Para prevenir esa situación, funcionarios de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca y miembros del Grupo de Protección Ambiental y Ecológica de la Policía realizaron verificaciones en el municipio de Guadalajara de Buga, donde visitaron la Terminal de Transporte, las galerías y las tiendas de mascotas.
En uno de esos establecimientos, dedicado a la venta de mascotas, los funcionarios hallaron un total de 16 peces de la especie tiburoncitos pangasius, unos animales que son vendidos para su tenencia en acuarios caseros debido a que se parecen a un tiburón.
Sin embargo, estos animales de agua dulce no son nativos colombianos y de acuerdo a las autoridades, son introducidos desde países de Asia, por lo que tienen un riesgo potencial para el medio ambiente en caso de que lleguen a ser liberados en espacios naturales.
Según los profesionales de la CVC, estas son especies potencialmente invasoras; la comercialización de estos peces puede generar desequilibrio en los ecosistemas del departamento, en el momento en que se presenten fugas o se realicen liberaciones por parte de las personas que los adquirieron.
Al momento de requerir los documentos a los dueños del almacén de mascotas, estos manifestaron que no poseían ningún tipo de autorización por la autoridad ambiental. En el lugar también se comercializaban peces ornamentales y aves, pero el agravante del hecho es que no está permitido comercializar especies exóticas e invasivas en el país.
“Ya los han traído e introducido al país, los reproducen y los venden como bagre, porque es una especie de las familias de los bagres, pero su comercialización está prohibida porque si llega a los ambientes naturales puede causar desequilibrios, este es un pez que llega a ser muy grande, muy voraz, y no tiene un depredador natural en nuestro ambiente colombiano”, señaló el zootecnista de la CVC Juan Fernando Ospina.
Los animales fueron hallados en peceras, junto a otros peces dorados, más comunes para la tenencia en acuarios caseros. Uno de los decomisados ya tenía un gran tamaño, de unos 30 centímetros de largo, mientras que los demás eran pequeños.
Los peces recuperados fueron enviados al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre San Emigdio de la CVC, ubicado en el municipio de Palmira, donde se les realizarán los chequeos veterinarios de rigor y se determinará el destino final de los ejemplares.
El tiburón pangasio (Pangasius hypophthalmus) es una especie de tiburón gato nativo de los ríos del sudeste asiático y es omnívora. Puede llegar a medir 120 centímetros en acuarios e, incluso, mucho más en ríos. Suele crecer bastante en el primer año y come a todo pez que quepa en su boca.
Debido a la tradición católica de no comer carne roja durante la cuaresma o el día viernes de ese periodo, en algunos departamentos del país se suele incrementar la caza y comercialización de animales silvestres y en peligro de extinción.
Algunos de los animales más afectados por esa práctica son las tortugas hicoteas y las iguanas, principalmente en la región Caribe, debido a que la carne del primero y los huevos del segundo son apetecidos para el consumo humano en esa época.
Según el Instituto Humbolt, a estas especies se suman la tortuga morrocoy, el periquito bronceado, la lora común, la cotorra cheja, la ardilla, el tití gris, el mico maicero y algunas ranas, entre las que mayor afectación tienen durante el periodo de cuaresma. Los reptiles presentan esa situación para el consumo, mientras que los mamíferos son comercializados como mascotas, según indicó la Revista Semana.