Dentro de la iniciativa para la revocatoria de Daniel Quintero, alcalde de Medellín, surge una denuncia contra la Secretaría de Salud del municipio. Según el exconcejal liberal Bernardo Guerra, Andree Uribe Montoya, enfermera y titular de la cartera, pidió una licencia para realizarse una liposucción en medio de un alza considerable en casos y ocupación de Unidades de Cuidado Intensivo en la ciudad.
“Solo ayer en Medellín se dieron más de 600 hospitalizaciones por nuevos casos de COVID. Con una ocupación de UCI del 87% y la Secretaria de Salud delega en funcionario para dar declaraciones. Mientras ella se practica procedimiento estético? PLOP!”, reveló el también exsenador de la República. En otro trino, el político paisa recalca que Uribe delegó su cargo para hacerse retoques.
Además, otros usuarios en la red social hicieron públicos documentos que constatan que la funcionaria pidió vacaciones en diciembre de 2020, es decir, durante el segundo pico de la pandemia en el país.
Sin embargo, ante las acusaciones, Infobae Colombia habló con la Secretaría de Salud de Medellín y ahí no desmintieron ni confirmaron que la funcionaria se haya realizado un procedimiento estético durante las últimas semanas.
De acuerdo con la vocería, afirman que la secretaria atendió medios en la mañana del martes y expresaron que Uribe Montoya no se pronunciará acerca de la supuesta liposucción. Además, desde la alcaldía de Quintero afirman que la funcionaria nunca se alejó del cargo y estuvo frente a sus labores durante el fin de semana pasado.
El pasado lunes festivo, el departamento que reportó más casos de COVID-19 fue Antioquia, con 1.243 contagiados. En el momento, la ocupación de camas UCI del territorio se posicionó en 79%, mientras Medellín se mantiene por encima del 50%.
Cinco monjas murieron por COVID-19 en Medellín
En la Congregación Teresita del Niño en Laureles, en el occidente de Medellín, las autoridades sanitarias confirmaron, este lunes 22 de marzo, un brote de COVID-19, que hasta el momento ha dejado cinco monjas muertas y 38 contagiadas, entre los 70 y 103 años, además de seis trabajadores.
Por el momento, once personas han requerido ser hospitalizadas por prevención y los fuertes malestares, ocasionados por la enfermedad.
Por su parte, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, confirmó que las cinco monjas que murieron progresivamente en la última semana no estaban vacunadas debido a que ninguna era mayor de 80 años, mientras que las religiosas que están contagiadas y quienes ya fueron vacunadas con la primera dosis contra el COVID-19 están estables.
“Tuvimos un brote lamentable en el convento, se nos murieron cinco madres, pero las que estaban vacunadas ninguna terminó en cuidados intensivos. Entonces, la vacuna sí funciona, sí es importante. Las monjas fallecidas no eran mayores de 80 años, por eso no se habían vacunado”, escribió el mandatario.
Los epidemiólogos de la Alcaldía de Medellín manifestaron que, la monja vacunada se contagió, probablemente, porque la infección tiene un periodo de incubación de hasta catorce días y aún no recibe la segunda dosis. Por el momento, las autoridades de salud adelantan los cercos epidemiológicos en el convento para evitar que las 48 religiosas y trabajadores que obtuvieron una prueba negativa se contagien con el virus.
Otro caso similar ocurrió el pasado 19 de marzo en Antioquia. Tras la muerte de Aníbal Montoya, de 85 años, las autoridades sanitarias investigan las causas del deceso del adulto mayor, quién habría dado positivo a COVID-19 en el centro de protección social al adulto mayor Mila Gutiérrez de Pérez en Cañasgordas, Antioquia. En el lugar de acopio, resultaron positivos varios ancianos y personal de atención.
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