Tras un estudio de la Universidad Nacional de Colombia, el ingeniero civil Mauricio Ramírez Arias, magíster en Ingeniería y Recursos Hidráulicos, lideró un estudio que logró descifrar que en 42 eventos de lluvia presentados en Medellín se encontró que, aunque la apariencia del agua que estaba cayendo del cielo de la capital era similar a la de siempre, en 31 ocasiones lo que cayó fue lluvia ácida.
Según el investigador, este fenómeno se mide con la escala internacional de pH, y como referencia se sabe que el jugo de un limón tiene pH de 2 (ácido) y el bicarbonato de sodio tiene pH de 9 (alcalino), en tanto que el agua lluvia se considera limpia cuando tiene un pH de 5,6.
“Realizamos campañas de monitoreo con alta resolución temporal en la que a lo largo de un evento de lluvia recolectamos muestras en intervalos de cinco minutos y luego las analizamos para saber qué tanto cambiaban las propiedades químicas del agua durante el evento de precipitación”, explicó a El Colombiano el investigador.
Las mediciones que se realizaron en esta investigación las hicieron durante la segunda temporada de lluvias de 2018 en Medellín, entre septiembre y octubre de ese año, momento en el que la ciudad pasaba por uno de sus periodos más altos de lluvias. Durante esa contingencia, la baja nubosidad impidió la dispersión completa de las partículas contaminantes que salen desde los vehículos y las industrias, por lo que se produjo este tipo de lluvia, la cual es producida por el alto nivel de contaminación que cae sobre la ciudad. Degún Ramírez, si antes del aguacero se registraban altas concentraciones de partículas PM2.5, el agua del siguiente evento de lluvia iba a ser más ácida.
“Por ahora no hay estudios de las afectaciones que la lluvia ácida pueda causar a la salud humana. De hecho, el Ideam considera que este tipo de lluvia constituye un problema de calidad del aire que no tiene consecuencias tan directas sobre la salud humana... fue sorprendente encontrar que el nivel de acidez podía subir o bajar en el mismo evento de lluvia, es decir que según el nivel de contaminación durante el periodo seco previo al aguacero, el pH podía cambiar”, aclaró a El Colombiano.
Aunque no produce malestar en los seres humanos, las investigaciones señalan que la lluvia con este pH afecta cultivos de frutas y verduras, árboles, flores, lagos y ecosistemas. “En este momento nos enfocamos en las mediciones de superficie, pero aún falta buscar si hay algo de microfísica de nubes que pueda explicar los cambios, comportamientos y resultados”, concluyó.
Medellín implementará su primera Zona Urbana de Aire Protegido (ZUAP):
Medellín implementó la que sería la primera Zona Urbana de Aire Protegido (Zuap) de Colombia, que se ubicará en el centro de esa ciudad, donde se realizarán acciones especiales para que la calidad del aire mejore y se afecte menos la salud de los ciudadanos en la capital de Antioquia.
“Es un proceso técnico que lleva un año de construcción, que es resultado de una orden del Área Metropolitana, que es la autoridad ambiental. Por eso, aquí también están participando las Secretarías de Movilidad, Ambiente, Salud y Cultura, los sectores que se requieren para hacer de este centro un lugar vibrante, fascinante, seguro y con un aire respirable”, así lo anunció el alcalde de Medellín, Daniel Quintero.
La Zuap comprenderá el sector que va de la Avenida del Ferrocarril hasta la carrera Girardot, entre la calle Echeverri y la Avenida San Juan, en un polígono que suma 2 kilómetros cuadrados donde se espera que se reduzcan las emisiones de gases contaminantes, y que con la apropiación de los ciudadanos del espacio público se haga uso de una movilidad sostenible.
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