“¡Quién supiera reír cómo llora Chavela!”, canta Joaquín Sabina en ‘Por el boulevard de los sueños rotos’, una canción inspirada en la mujer irreverente; la cantante que sin ser mexicana se volvió un referente de este país y cuyas letras e interpretación conmueven, estremecen y revuelcan el alma: Chavela Vargas.
A sus 72 años y después de 15 de estar perdida de los escenarios, Chavela Vargas fue invitada a presentarse ante el público del Teatro Lope de Vega, en Sevilla, España. Este fue el primer concierto en el que los asistentes pagaron una boleta para verla y también su pase al reconocimiento internacional.
Su historia se había conocido en bares, calles, plazas, cantinas y en las voces de la gente que se preguntaba sobre aquella mujer de cabello recogido, labios rojos, poncho y guitarra en mano.
Vargas rompió paradigmas, se enfrentó a una sociedad machista que quería a las mujeres calladas y en casa. Sin importar los límites, la violencia que sufrió de pequeña, el reto de cantar frente al público y las barreras que se pusieron en su camino ‘La dama del poncho rojo’ mantuvo la firmeza intacta, nunca aparentó para agradar e hizo de su carácter un arma para luchar.
Su legado sigue intacto no solo en la sociedad latinoamericana sino en todo el mundo. A casi diez años de su partida, sus letras siguen vigentes, su voz resuena en múltiples generaciones y ahora la historia de su vida estará en las tablas de Bogotá para seguir demostrando que Chavela, solo hay una. Tres mujeres harán que lo capitalinos recuerden o conozcan a una de las voces femeninas más influyentes y rebeldes de México.
<b>Un homenaje irreverente</b>
La Chavela joven sale al escenario. Se escucha la guitarra y los acordes que dan la entrada a una de las canciones más emblemáticas de su carrera. “No sé que tienen las flores llorona, las flores del campo santo”, se escucha.
A su paso, llega Chavela niña, cierra los ojos y mientras pone las manos en su pecho canta “Ay de mí llorona, llorona, llorona tu eres mi chunca. Me quitarán de quererte llorona pero de olvidarte nunca”. Al dúo se le suma la Chavela adulta y juntas cantan heridas, hurgan las entrañas del público y hacen que los ojos se adornen de lágrimas.
Así fue el inicio del espectáculo. Una muestra para medios y un abrebocas de lo que será ‘Chavela por siempre’, el musical con el que el Movistar Arena reabre sus puertas al público y le apuesta a la reactivación de los espacios culturales de la capital.
“Hemos vivido un año de tinieblas. La cultura estuvo en el limbo y es necesario reactivarnos, tomar riesgos y lanzarnos. Se puede vivir sin esto, pero yo realmente no quiero vivir sin teatro, sin música y sin danza y creo que nuestra gente no se merece seguir en las tinieblas”, expresa Manuel José Álvarez, director del espectáculo.
Carmenza Gómez, Adriana Bottina y Ana Sofía González ponen en escena los momentos más representativos de la mujer que fue y la cantante que se hizo inmortal. Las actrices están acompañadas de Julián Román, quien interpreta a José Alfredo Jiménez, conocido como el ‘Rey de la canción’ y quien fue el compañero de parranda y compositor de Chavela. Diego León Hoyos también se hace presente y representa a Pedro Almodóvar entrañable amigo en el final de la vida de la cantante.
“Si no entendemos de dónde surgió Chavela, dónde nació, porqué llegó a México, porqué fue maltratada y casi que abandonada por sus padres y la dejaron en manos de unos tíos que la explotaron y la pusieron a trabajar de sol a sol; si no entendemos eso, es muy difícil conocer a esta mujer”, expresó para Infobae Colombia el director de la obra.
Manuel Álvarez tuvo la oportunidad de conocer a Chavela en España durante unas giras que realizó, y sobre ella recuerda que “su música era la interpretación que ella lograba, no era la voz perfecta, pero fue la voz que quedó y que nos marcó a todos. Es ese tono roto, quebrado de amor, desamor, soledad, vida. Había que contar la historia de la Chavela niña, joven y vieja y pasar por los momentos más importantes con todo el respeto hacia ella, a su historia y a su verdad”, manifestó.
Víctor Vázquez fue el mexicano encargado de realizar la investigación y el guion para esta obra. “Yo lo busqué lo llamé y le dije que quería hacer esto de Chavela, pero que quería comenzar por la vieja y recorrer su vida. Le dije las canciones que quería y los momentos que me gustaría enfatizar”, explica el director.
Y añade, “cuando nos llegó el libreto corregimos pocas cosas. Cuando se lo presenté a los actores quedaron felices. Pocas veces uno encuentra una obra, un texto tan redondo, verdadero y con tanta pureza y respeto hacia el personaje, porque es ella”.
Manuel Álvarez fue el encargado de traer al país a la costarricense “alcancé a conocer a Chavela, a intimar y a que me contara cosas. La convencí de que viniera a Colombia. Le dije a Fanny Mickey que teníamos que traerla. Ella vino y fue un gran éxito en Corferias”, recuerda.
Chavela era una mujer difícil y es que si no fuera así no hubiera logrado lo que logró. Era una mujer que a uno fuera del escenario podía mandar al diablo, pero estando tras de él uno terminaba llorando, conmovido, emocionado y adorándola, concluye el director.
<b>Volver a escena</b>
La distancia entre sillas, los tapabocas cubriendo nuestras caras y el eco de los aplausos fueron las primeras sensaciones que trajo la presentación para medios del show que estará en escena el próximo 25 de marzo.
Las trompetas, violines, guitarras y las voces del Mariachi Contemporáneo se hicieron presentes en Paloma Negra. Adriana Bottina logró cautivar a la audiencia y transmitió esa nostalgia genuina que parece casi inerte en las canciones de Chavela. Le siguió Macorina, una de las melodías más sensuales y coquetas de Chavela donde la frase ‘Ponme la mano aquí’ puede ser insinuante e implícita al mismo tiempo.
Julián Román en su rol de José Alfredo Jiménez salió al escenario en cada cambio de canción para dar algún dato o contar alguna anécdota de Chavela, pero también tuvo un espacio para interpretar ´Pero sigo siendo el rey’, acompañado del mariachi y un grupo de bailarines que hacen presencia en cada acto.
Carmenza Gómez representa a Chavela adulta. Sorprendió verla cantar con tanta fuerza, con una voz rasgada y unas expresiones que duelen sin estar herido. En una de sus escenas lució un poncho rojo traído directamente de México para este papel y sus monólogos traen a la tarima frases que hicieron que Vargas fuera y siga siendo recordada.
‘De amor nadie se muere’, dice Carmenza mientras el punteo de las guitarras marcan el inicio de la Canción de las simples cosas.
“Uno vuelve siempre, a los viejos sitios donde amó la vida”. Qué gran frase para darnos la bienvenida a los eventos después de un año encerrados. Qué grandes líneas para recordarnos que las artes nos dan vida, que la música toca las entrañas como ninguna otra cosa. Qué manera de invitar a las personas a ir al teatro, a reactivar la vida cultural y a acudir a un espectáculo que además de contar con un gran elenco, logra mostrar sin máscaras a la Chavela Vargas que desafió al destino y vivió sin límites el amor, el sexo, el alcohol y la música.
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