Tanque de agua colapsó antes de ser entregado en la zona de Sampués

Este 18 de marzo, se conoció que un tanque de agua potable, ubicado en la zona de Sampués, colapsó antes de ser inaugurado. Esta obra, cuyo costo ascendió a $3.700 millones, iba a dotar de agua a las poblaciones vulnerables de esa parte del departamento de Sucre.

De acuerdo con El Tiempo, el colapso ocurrió cuando el tanque fue llenado para una de las últimas pruebas, pues era necesario mirar que el líquido llegará a ocho localidades, entre corregimientos y veredas. El rompimiento afectó a las veredas de Costa de Oro y Siloé, donde se llevaba a cabo la construcción.

Carmen Baquero Pérez, habitante de la región, le dijo a ese diario que “la construcción comenzó en 2016 y demoró hasta 2018 (…) hasta que se cayó

Las personas de la comunidad no reportaron heridos, pero según algunos voceros, el tanque estaba lleno con 400 metros cúbicos de agua y las consecuencias del accidente pudieron ser fatales.

Debido a lo ocurrido, las personas de la retirada zona del país piden que entes de control profundicen en lo ocurrido, pues ya habían denunciado errores en la construcción y problemas en las pruebas de bombeo.

El contratista de la obra, Consorcio Aguas de Sucre, publicó un comunicado en donde asegura que entregará el informe técnico sobre lo ocurrido a la empresa NyF Colombia, la que se encarga del suministro de agua para poder establecer qué salió mal.

Por ahora, las comunidades afectadas recibirán el agua en carro tanques que serán suministrados por la empresa. Mientras tanto, habitantes de estas zonas indígenas estarían recogiendo agua de pozos artesanales que no sirven para el consumo humano.

De acuerdo con El Universal, el representante a la Cámara por Sucre Héctor Vergara Sierra aseguró que, era “el colmo” que una obra con cinco años de atraso se convirtiera en un elefante blanco y cuestionó que se perdieran recursos.

Hernán Sandino camina pensativo desde su casa hasta el final del muelle flotante de madera. Al frente no hay agua, sino una superficie sedienta y cuarteada en expansión. La laguna de Suesca, de 5,4 km2 y reserva hídrica de Colombia contra el cambio climático, está agonizando frente a sus ojos.

Es la segunda vez en una década que la sequía pone al borde de la extinción este depósito natural de agua, ubicado a unos 90 kilómetros al norte de Bogotá, entre los municipios de Suesca y Cucunubá.

El espejo de agua es un destello. La casa de Sandino, un ingeniero de 73 años, se tambalea en esta suerte de desierto todavía movedizo a 2.800 metros de altura sobre el nivel del mar. Es una vivienda campestre con tres habitaciones, un jardín de rosas y conectada al muelle donde hasta hace poco atracaba su velero.

“Estamos ya no flotando en las aguas, sino enterrados en el fango”, se lamenta.

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