Han pasado poco más de cuatro meses desde la muerte de Yuddith Alexandra Anaya Pacheco, una mujer de 33 años de edad, que habría sido víctima de una red criminal conocida como Los Tomaseros. Alexandra, hermana de la exfiscal Yajaira Cáceres Pacheco, fue hallada sin vida por un vecino del barrio San Martín, en la localidad de Barrios Unidos, el 15 de noviembre de 2020. El cuerpo estaba frente a su casa, por lo que decidió llamar a la policía. Tres integrantes de los Tomaseros, quienes habrían terminado con la vida de la mujer, luego de drogarla para robarla, fueron requeridos bajo extradición por los Estados Unidos, en las últimas horas, por un crimen similar cometido contra dos funcionarios gubernamentales de ese país.
Así como lo informó el noticiero de CM& del Canal Uno, las autoridades norteamericanas solicitaron, para responder ante su justicia, a Jefferson Arango Castellanos, alias ‘Harry Potter’ de 33 años; Kenny Juliet Uribe, alias ‘Hellen’ de 31 años; y a una tercera persona que, aunque no ha sido capturada, ya está plenamente identificada por la Fiscalía y el FBI. Estas personas, habrían drogado y robado a dos de sus trabajadores, sin embargo, ellos no tuvieron el mismo destino fatal de Yuddith.
El hallazgo y muerte de Yuddith fue un misterio durante un tiempo, sin embargo, con ayuda de las autoridades, lo que los medios de comunicación calificaron como un ‘misterioso caso’ se fue desenvolviendo de a pocos.
El 14 de noviembre, la mujer salió de su casa, según su familia. hacia las 4:00 p.m, y fue recogida por un hombre que, para ellos, no era fácilmente reconocible. A partir de entonces, la familia entró en una angustia de varias horas, sin saber nada de ella.
Tras el hallazgo del cuerpo, en la madrugada de ese 15 de noviembre, por un vecino del sector, las autoridades empezaron sus investigaciones y, entre las primeras pistas, estuvieron los videos de cámaras se seguridad que evidenciaban como la mujer había sido dejada en el sueño por un persona que se transportaba en un carro particular.
En el intermedio de su desaparición, las autoridades pudieron establecer que la mujer se fue a departir con dos amigos en un bar en el norte de Bogotá. Al salir de allí, y con ganas de continuar juntos celebrando, Yuddith y sus amigos decidieron ir a un ‘amanecedero’ ubicado en la Zona T de la capital.
Allí, en el nuevo establecimiento, los amigos seguían festejando, hasta que llegaron tres nuevas personas que buscaban, aparentemente, unirse a ellos en un plan amigable. La relación entre Yuddith, sus amigos, y las tres nuevas personas fluyó positivamente, y decidieron confiar en ellos.
Minutos después, las tres nuevas personas, identificadas como Jefferson Arango Castellanos, Himmer Darley Aguirre Muñoz y Kenny Julieth Uribe Chiran, mostraron sus verdaderas intenciones y, en medio de un descuido, mezclaron una sustancia en las bebidas de Yudith y sus dos amigos, Mateo y Andrés Felipe. Momentos después, los tres perdieron el conocimiento.
Sin fuerza en sus cuerpos, y desorientados, los tres amigos fueron despojados de sus objetos personales, dentro de un automóvil al que fueron obligados a entrar por los delincuentes. Luego de quitarles todos sus objetos de valor, los tres delincuentes procedieron a dejar en la calle, uno a uno de los amigos, en medio del recorrido.
Andrés Felipe fue abandonado, a su suerte en la carrera 51 con calle 129, y fue rescatado, momentos más tarde, por policías que patrullaban el sector, que lo llevaron a la clínica Reina Sofía. Mateo Rojas fue dejado en la calle 147a con carrera 45, y también fue recogido por patrulleros de CAI de Mazurén, que atendieron el llamado de la ciudadanía que alertó de la presencia de un cuerpo inconsciente en el suelo.
Andrés Felipe y Mateo se recuperaron, sin embargo, Yuddith no contó con la misma suerte. La mujer fue abandonada en calle 86d# 30-85, y su cuerpo ya no estaba con vida. Según la necropsia practicada sobre su cuerpo, falleció por sobredosis y por la peligrosa mezcla de alcohol y Clonazepam, sustancia que había sido ingerida luego de que los tres delincuentes la pusieran en su bebida.
En diciembre de ese año, un mes después de la tragedia, la juez 14 de control de garantías de Bogotá envió a prisión a Silva Ochoa, Arango Castellanos y Uribe Chiran, bajo medida preventiva, pues consideró que tenía las pruebas suficientes para demostrar que eran un peligro para la sociedad. Jefferson y Kenny Julieth, ahora están a la espera de la decisión legal sobre su situación, respecto a la solicitud de extradición hecha por parte de los Estados Unidos.
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