Moody’s dice que calificación de Colombia depende de la próxima reforma tributaria

Con un déficit fiscal importante y una deuda creciente, Colombia está en la mira de las calificadoras de riesgo; las firmas le piden al país revisar las reglas del juego.

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Un letrero de Moody's en la torre 7 del World Trade Center se fotografió en Nueva York el 2 de agosto de 2011. REUTERS / Mike Segar/ Foto de archivo
Un letrero de Moody's en la torre 7 del World Trade Center se fotografió en Nueva York el 2 de agosto de 2011. REUTERS / Mike Segar/ Foto de archivo

En años de turbulencia y crisis por la pandemia del COVID-19, Colombia presenta atrasos importantes con respecto a la búsqueda de fondos para suplir necesidades dentro del Presupuesto General de la Nación. Entre los movimientos del Ministerio de Hacienda para poder completar los $314 billones aprobados por el Congreso, se plantea y están en proceso enajenaciones de bienes estatales.

Sin embargo, la plata no alcanza y está en proceso la tercera reforma tributaria del gobierno de Iván Duque que gravaría vitales productos de la canasta familiar con el IVA en el monto tope de 19%. Otro punto sensible será que las pensiones por encima de los tres salarios mínimos tributarían en mayor medida.

Es decir, aquellos jubilados que ganen 2.725.578 pesos o más deberán pagar más. Además, se detalló que estratos 5 y 6 deberán pagar más impuestos y en el IVA el cargo adicional se acercaría al 15%; junto a esto, un nivel más elevado de austeridad y mayor recaudo al interior del Estado.

De la reforma se conoce poco y la quieren menos, pero por el crecimiento del déficit fiscal con respecto a 2020 por rubros relacionados con la pandemia y la preocupante deuda, la calificadora de riesgos crediticios Moody’s dice que es imperativo una reorganización fiscal.

O si no...

En el momento, Colombia no se encuentra entre los países más favorecidos por la firma estadounidense, ya que se ubica en un grado medio inferior. Sin embardo, es uno de los países con mejor percepción en la región debido a la alta especulación y riesgo en inversión de países como Argentina, Ecuador, Brasil y Paraguay. Por otro lado, naciones como Chile y Perú ostentan grados superiores ubicados en la letra A del medidor.

En el momento, Colombia es un país Baa2, el cual se eleva tan solo a una casilla del grado de no inversión especulativo. En diciembre de 2020, por la pandemia del COVID-19, Moodys mantuvo la calificación de Colombia, pero pasó de considerarla estable a negativa.

Ahora, la firma dice que “el resultado final de los próximos debates sobre la reforma fiscal y las medidas de política que puedan apoyar la consolidación fiscal en los próximos años tendrán una fuerte influencia en el perfil crediticio de Colombia”, dictó la calificadora. Es decir, debe haber un cambio.

La vigencia actual está llena de crecientes gastos de COVID-19 de 2020 y los que enfrenta el presente año. Además, de acuerdo con la firma, la deuda crece de forma menos acelerada pero consistente. Por otro lado, el Gobierno estima la disminución leve de la misma en los próximos diez años: pasaría del 64,8% del PIB al 59,2% en 2031.

Para este año, además, se espera un déficit fiscal del 8,6% del PIB, que se elevó con respecto al planteamiento de finales del 2020 que estimaba un crecimiento del 7,6%.

Concorde a lo que, naturalmente, haría una reforma tributaria, la firma espera que se aumenten los ingresos estructurales de la Nación. “Las autoridades han establecido un objetivo inicial del 1,5 % del PIB en ingresos adicionales a partir de 2022, por debajo del objetivo del 2 % del PIB anunciado en junio pasado”, afirmó Moody’s, pero recalcó que aquellos que están exentos de tributar deberían aportar más a las arcas del Estado.

“Esperamos que el componente tributario de la reforma dependa significativamente de la revisión de estas exenciones, aunque se considerarán otros impuestos, incluidos los impuestos sobre la renta personal y corporativa y los llamados impuestos verdes”, dijo la firma, mientras el Gobierno pretende gravar productos de la canasta familiar.

Incluso, para mantener el puntaje de Colombia, Moody’s espera una optimización en el gasto público por parte del Gobierno para llegar al objetivo de contar con más fondos. Finalmente, criticó los lineamientos vigentes que se harán a un lado al llegar la nueva reforma. “La regla fiscal que estaba no era muy confiable en lograr ajustes de deuda, que es algo que miran mucho las calificadoras de riesgo”, explicó uno de los analistas de Moody’s.

El panorama del Brent

El país, en un escenario tan adverso, está viendo prosperar a su principal fuente de ingresos: al corte de la hora de publicación, el Brent bordea los 70 dólares por barril. La referencia de petróleo que maneja la industria de la extracción colombiana se recuperó después de una pronunciada caída al inicio de la pandemia por COVID-19.

A pesar de que parezca una buena noticia, el alza de esta referencia puede encarecer el endeudamiento del país por la expectativa de inflación. Sin embargo, los ingresos por el crudo aumentarían si esto se mantiene. Concorde a la especulación del Ministerio de Hacienda, Colombia recibiría 6,8 billones de más si la tendencia sigue.

Sin importar el optimismo, es poco probable porque el subidón del Brent se debe a mayor demanda por recortes de producción en marzo y abril por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).

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