Civiles del Catatumbo piden que se acuerde un cese el fuego para iniciar la vacunación contra el covid-19

El primer lote de vacunas asignado para esta subregión ya está en manos de las autoridades locales, sin embargo, no hay una fecha para empezar a aplicarlas.

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21/02/2021 Un sanitario en Colombia
21/02/2021 Un sanitario en Colombia prepara la vacuna de Pfizer. Colombia ha iniciado su plan de vacunación con las 50.000 dosis de la vacuna Pfizer que recibió el pasado 15 de febrero en nuevas ciudades como Popayan, Huila, Boyacá, Tolima y Nariño, y, además, ha recibido en el Aeropuerto Internacional El Dorado 192.000 dosis de vacunas de la farmacéutica Sinovac. POLITICA CONTACTO PHOTO

La subregión del Catatumbo, ubicada en el departamento de Norte de Santander, recibió, este martes 9 de marzo, un lote de vacunas contra el covid-19. El protocolo nacional indica que la aplicación de las dosis debe iniciar lo antes posible, pero en el territorio esta orden no puede cumplirse, pues los enfrentamientos entre grupos ilegales no paran. Teniendo en cuenta ese panorama de violencia constante, las comunidades campesinas e indígenas de la zona pidieron que se llegue a un acuerdo para implementar un cese el fuego bilateral que permita iniciar la inmunización.

“Sería muy efectivo que se de un cese el fuego para que se lleve a cabo este proceso de vacunación, así como se han hecho treguas para otras cosas, es muy necesario hacerla para que las vacunas lleguen a todo el Catatumbo, pues si no se da un cese, será imposible que lleguen las dosis a los campesinos que la necesitan”, aseguró Holger Pérez, vocero de la Asociación por la Unidad Campesina del Catatumbo (Ascamcat), a RCN Radio.

Esta subregión es una de las que más está sufriendo el recrudecimiento de la violencia en Colombia. En el territorio opera el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc), el Ejército Popular de Liberación (Epl), también conocidos como ‘Los Pelusos’, y el grupo narcoparamilitar ‘Los Rastrojos’.

Todos estos grupos armados ilegales hacen presencia especial en el Catatumbo porque este es un punto estratégico para controlar rutas de narcotráfico y trochas fronterizas con Venezuela. Los distintos grupos delincuenciales se disputan el territorio, y violan los derechos de los civiles.

La situación es tan crítica que para que las dosis de las vacunas llegaran a la subregión, el material tuvo que ser escoltado por miembros del Ejército Nacional en helicópteros que usualmente son usados para la guerra. Incluso, la Guardia Campesina del Catatumbo se manifestó dispuesta a ayudar a custodiar las vacunas.

En la Asociación hay cerca de 300 integrantes de la guardia campesina, que estarían dispuestos a proteger y llevar las vacunas a cada lugar del Catatumbo, hay familias que viven de 8 a 10 horas de distancia de los cascos urbanos y es necesario que se les lleve a sus territorios, además de intercesores en la comunidad, sería mejor que ellos acompañen estos traslados”, dijo Pérez.

Las autoridades aún no se han pronunciado ante la propuesta y tampoco han entregado la fecha exacta para el inicio de la vacunación. Hasta el momento se sabe que este primer lote será repartido sólo en tres de los nueve municipios que conforman el Catatumbo.

“A El Tarra, 200 dosis de vacunas, 150 para Hacarí, 250 para Teorama. Van incluidas la población de adultos mayores de 80 años de Centros Vida, los profesionales de salud de primera línea de atención y las vacunas que van para adultos mayores de población asegurada”, explicó Carlos Martínez, director del Instituto de Salud de Norte de Santander.

En relación a la jornada de vacunación en este territorio, surge la duda acerca de si los miembros de grupos armados al margen de la ley podrán inmunizarse contra el covid-19. El Gobierno nacional no se ha referido al tema, pero de acuerdo con el Derecho Internacional Humanitario (DIH), los subversivos sí podrían vacunarse si hacen la solicitud.

La mencionada normativa se creó para proteger la vida, la salud y la dignidad de las personas en situaciones donde se viven conflictos armados internacionales o internos, como es el caso de Colombia. En documentos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se establece que la asistencia de salud en conflictos armados debe ser garantizada, no sólo a las víctimas de la violencia, sino también a quienes perpetran estos actos.

Hasta el momento ningún grupo subversivo ha hecho una petición formal para ser incluido en el Plan Nacional de Vacunación, pero en caso de hacerlo deben llegar a un acuerdo con el Estado y con organizaciones apolíticas que permitan llevar a cabo la vacunación de forma segura para todas las partes. Una forma de lograrlo es justamente que se pacte un cese bilateral al fuego con cada uno de los grupos al margen de la ley para que el personal de la salud pueda ingresar a las zonas de conflicto.

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