El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD - y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en el marco de la iniciativa ‘Promesa climática’, reconocieron a Bogotá como una de las ciudades con las metas y los presupuestos más ambiciosos para adaptarse al cambio climático y mitigar sus efectos.
En el Plan de Desarrollo ‘Un nuevo contrato social y ambiental para el siglo XXI’, el distrito se propuso impulsar un cambio de hábitos para reverdecer Bogotá y adaptar y mitigar la crisis climática, así como reducir en un 15 % las emisiones de Gases de Efecto Invernadero - GEI - a 2024, en un 50 % al 2030 y obtener la neutralidad en carbono en 2050.
“El cambio climático requiere compromiso, decisión política, pedagogía y cambio de hábitos, pero también inversiones importantes. Nos hemos destacado por incorporar, con metas e inversiones concretas, para enfrentar este desafío en nuestro Plan de Desarrollo”, expresó la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, durante la ceremonia de entrega del reconocimiento.
Para lograr estos ambiciosos propósitos y construir una ciudad sostenible, la administración de la alcaldesa Claudia López definió un presupuesto superior a $ 1,3 billones para el sector ambiente, es decir, un 20 % más comparado con el del periodo 2016-2020.
Además, se comprometió a consolidar el Plan de Acción Climática Bogotá 2020-2050; actualizar el Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero; implementar una Estrategia Distrital de Crecimiento Verde; construir nueve obras de mitigación para la reducción del riesgo y adaptación a la crisis climática; expedir el Código de Ecourbanismo y Construcción Sostenible; aumentar las áreas verdes; desarrollar un programa de agricultura urbana, periurbana y rural; crear cinco rutas agroecológicas en torno a huertas autosostenibles, y ejecutar acciones de educación ambiental para impulsar buenos hábitos.
Uno de los pasos que dio el distrito fue la declaración de la crisis climática en febrero de 2020 en Sumapaz. En dicho momento, la mandataria y los gobernadores de Boyacá, Cundinamarca, Huila, Meta y Tolima acordaron diez compromisos para contribuir a la reducción de Gases de Efecto Invernadero y proteger los ecosistemas.
De igual manera, en julio del año anterior, Bogotá firmó un pacto con el Grupo de Liderazgo Climático C40, del que la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia, es miembro de su junta directiva global, para trabajar en los próximos diez años por un mejor aire y reducir el uso de combustibles fósiles en las calles.
A estos grandes pasos se suma la actualización del inventario de emisiones de GEI en la ciudad para 2017. Este reporte, auditado por C40, permite identificar las principales fuentes de contaminantes que hay en Bogotá y focalizar mejor sus esfuerzos.
De forma similar, la Secretaría de Ambiente construyó, en el último año, el Plan de Acción Climática 2020-2050, una hoja de ruta para las próximas tres décadas con la que Bogotá podrá cumplir la agenda de mitigación y adaptación al cambio climático. Este documento contiene una serie de acciones que deberán ser ejecutadas por el sector público, las empresas y la ciudadanía en el corto, mediano y largo plazo.
Con la aprobación del proyecto, de acuerdo para la declaración de emergencia climática en Bogotá, la administración de la alcaldesa Claudia López ratificó su compromiso con el mejoramiento de las condiciones ambientales del distrito y la calidad de vida de sus habitantes.
Sin embargo, lograr que Bogotá sea cada vez una ciudad más sostenible y resiliente al cambio climático requiere del esfuerzo de todos los actores de la sociedad. Por esta razón, la administración distrital invita a la ciudadanía, las empresas y las entidades públicas a cambiar sus hábitos y mejorar sus prácticas.
“Me alegra que las alcaldías, gobernaciones y corporaciones, en lo que nos corresponde, vayamos avanzando en este tema con la compañía, asesoría, asistencia técnica y cooperación financiera del PNUD y la orientación de nuestro Ministerio de Ambiente”, concluyó la alcaldesa López.
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