En la semana del 20 de febrero, se conocieron detalles de la búsqueda de una familia colombiana que, desde varios días atrás, no tenían conocimiento de lo que le había ocurrido a Mary Gómez Mullet, una bacterióloga colombiana, que se encontraba residiendo en Miami, en los Estados Unidos. Tras la denuncia de la desaparición de la mujer, de 44 años de edad, la familia, en Colombia, recibió una trágica noticia: Mary había sido encontrada sin vida en el patio de la casa de Roberto Colón, su esposo. La familia de la mujer aseguró que presentía que algo malo le había sucedido desde las primeras horas que no supieron nada de ella.
En una entrevista divulgada por Noticias Caracol, familiares de la víctima hablaron frente a la muerte de Mary que, según las autoridades estadounidenses, habría sido producto de un homicidio por parte del hombre con el que se casó en enero de 2021.
Según el testimonio de Colón, imputado por los delitos de homicidio y porte de drogas, Mary se había casado con él para cumplir con un acuerdo legal que consistía en que la colombiana se encargaría de cuidar a la madre de Colón y, a cambio, el hombre, a través del matrimonio, le daría la nacionalidad del país norteamericano.
Sandra, hermana de Mary, fue grabada tras llegar a Miami y, en medio de las lágrimas, aseguró que tenía un mal presentimiento respecto al destino de su hermana, y que lo que espera la familia es que se haga justicia en el caso.
“Desde el primer momento sabíamos que él le había hecho daño a ella, y aquí están los resultados. No se merecía Mary que le hubiera hecho eso. Que pague. Justicia es lo que queremos ahora”, manifestó la mujer ante los medio de comunicación quien llegó a territorio norteamericano para exigir justicia e iniciar los trámites de repatriación del cuerpo.
Pedro Mullet, primo de Mary, por su parte, recordó que Mary era madre, y que Colón le había quitado la posibilidad a sus hijos de seguir creciendo con ella a su lado, “ya no podemos resucitarla, hoy pedimos justicia. La familia está consternada y destruida. Los hijos quedaron huérfanos. Ahora le pedimos a Dios que nos dé mucha fortaleza para seguir adelante”.
Mary fue vista con vida, por última vez, según la investigación de las autoridades norteamericanas, el pasado 18 de febrero, cuando se disponía a entregarle un carro a Colón. Días después, cuando la familia reportó la desaparición de la colombiana, las autoridades empezaron a indagar para dar con su paradero.
El esposo, como principal sospechoso, fue de los primeros que se sometieron a los cuestionamientos de la policía. Al llegar a la casa del hombre, según los detectives, encontraron rastros de sangre que, según Colón, eran de él, pues se había herido mientras trabajaba. Así mismo, aseguró que uno de sus perros había muerto dentro de su casa.
Los uniformados, que encontraron todavía más sospechoso el hallazgo de la sangre, solicitaron entrar al hogar de Colón, en donde encontraron los restos de Mary enterrados bajo una capa de cemento, en el patio de la vivienda.
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