Este 7 de marzo, la Policía hizo un balance sobre el ‘Plan 100 contra el microtráfico’ y dio detalles sobre un gigantesco operativo que ayudó a dar un golpe a este delito. Con ayuda de maquinaria, los uniformados destruyeron una docena de viviendas que servían a las mafias para fabricar y expender estupefacientes en varias ciudades de Colombia.
Esta ofensiva funciona a nivel nacional y fue promovida por el presidente Iván Duque y el Ministerio de Defensa.
Jorge Luis Vargas, director de la Policía Nacional, dijo que estas actuaciones acabaron con “Sitios de miedo para la comunidad”, recoge el diario El Tiempo.
Esta estrategia, que despliega capacidades interinstitucionales para combatir el tráfico de estupefacientes en menores cantidades, efectuó hoy de manera simultánea el derribo de otros 13 expendios -para un total de 15 en el país en Cartagena, Pereira, Manizales, Ibagué (Tolima), Pasto (Nariño), Palmira (Valle), Mosquera (Cundinamarca), Pensilvania (Caldas), Puerto Berrío, San Carlos y Carepa (Antioquia), Quibdó (Chocó) y Yopal (Casanare).
Además, se han incautado 153 armas de fuego, 38 vehículos, 278 celulares, más de una tonelada de clorhidrato de cocaína; 13,5 toneladas de marihuana, 371 kilos de bazuco, 3.529 pastillas de droga sintética y más de 107 millones de pesos. Las operaciones se han cumplido en 325 municipios de 29 departamentos.
Así mismo se han ocupado 17 bienes con fines de extinción de dominio, que en el mercado alcanzan un valor de 4.327 millones de pesos. Por su parte, los uniformados de la Sijín intervinieron en varios predios ubicados en Buga donde se movían grandes cantidades de Droga.
Este año, de acuerdo con información de la Policía, se han efectuado 1.101 diligencias de allanamiento y registro alrededor de todo el país; lo que ha logrado la desarticulación de 184 estructuras y se han llevado a cabo 1.429 capturas: 353 por orden judicial, 1.047 en flagrancia y 29 aprehensiones.
Microtráfico, causante de muchas masacres en Colombia
Desde el 2018, las masacres volvieron a aumentar en Colombia, tras evidenciarse una disminución en las cifras entre el 2016 y 2017, al punto de que uno de los periodos más críticos para las poblaciones víctimas de este tipo de violencia se ha presentado entre el 2020 y el 2021.
Uno de los factores señalado por la línea de conflicto, paz y posconflicto de la Fundación Paz y Reconciliación, como causa de los asesinatos colectivos, es que los grupos armados se disputan la legitimidad de la población civil y hacen uso de la violencia contra los ciudadanos, argumentando, por ejemplo, que estos tienen vínculos con otras bandas.
Organizaciones e instituciones que estudian la violencia en Colombia creen que, tras la firma del Acuerdo, se frenó la dinámica nacional de violencia, pero se atomizaron expresiones locales de esta porque no se cumplió lo pactado y las causas estructurales del conflicto no fueron atendidas.
Pero existen otros posibles factores que van ligados a las dinámicas del territorio, un caso conocido es el Bajo Cauca, donde el fenómeno de violencia está ligado a los cultivos ilícitos, las rutas ilegales del narcotráfico y la minería.
Pero en Antioquia se han encontrado factores relacionados con el consumo y venta de estupefacientes. Según Indepaz, un tercio de las masacres de Antioquia, el departamento que concentra el número más alto de este tipo de homicidios colectivos entre 2020 y 2021, ocurrió en la zona cafetera del Suroeste.
En total el departamento ha registrado un promedio de 28 masacres, de las cuales nueve que dejaron 38 muertos, esta relacionados con microtráfico. Así lo han reconocido las autoridades locales en algunos casos.
“Claramente se identificó el hecho ligado al microtráfico y a la distribución y consumo de estupefacientes en el Suroeste antioqueño, intensificado por la cosecha cafetera”, le dijo a Semana Anibal Gaviria después de la masacre de diez personas en Betania.
Por otro lado la defensoría emitió un Alerta en agosto de 2020, advirtiendo del conflicto entre las AGC, La Oficina y bandas delincuenciales que operan en Medellín, como La Terraza y San Pablo, relacionadas con el microtráfico de la zona.
De acuerdo con una investigación llevada cabo por La Silla Vacía, en la región antioqueña caracterizada por ser una zona agrícola y turística, la violencia del territorio esta vinculada a disputas entre grupos armados por el control de los mercados de microtráfico. Estos mercados son generados por la población flotante de más de 40 mil recolectores de café, entre la que hay altos índices de consumo de marihuana y cocaína.
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