Neyder de Jesús García Zapata, conocido con alias ‘Jeringa’, cabecilla de la compañía Héroes de Tarazá del Eln fue capturado en la vereda Quebradas Altas de Valdivia, Norte de Antioquia.
“La estrategia diferencial definida por el fiscal general de la nación, Francisco Barbosa Delgado, para impactar la criminalidad en territorios específicos, permitió ubicar a dos importantes objetivos judiciales señalados de atacar a la fuerza pública y someter a las poblaciones”, afirmó el delegado contra la criminalidad organizada, Javier García Trochez, pues el mismo día también se le dio captura a alias ‘Carlos’, señalado cabecilla del grupo disidente Ismael Ruiz.
García Zapata, quien fue detenido en la vereda Quebradas Altas de Valdivia, en zona rural de ese municipio del norte de Antioquia, sería el encargado de coordinar las extorsiones contra transportadores, comerciantes y ganaderos del nordeste y Bajo Cauca del departamento.
Así mismo por medio de esta intimidaciones alias Jeringa, habría exigido cuotas extorsivas a los mineros ilegales y a los traficantes de drogas de la zona.
El delegado contra la Criminalidad Organizada de la Fiscalía, Javier García Trochez, aseguró que los elementos de prueba permitieron conocer que el sujeto, al parecer, era la persona que más aportaba recursos ilícitos al denominado Frente de Guerra Occidental del Eln.
Por su parte, la Fiscalía confirmó que, un fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales imputará a García Zapata, cabecilla del Eln, los delitos de concierto para delinquir agravado, extorsión y rebelión agravada.
Los elementos probatorio recopilados contra alias ‘Jeringa’, permitieron establecer, que al parecer, por ser la persona que más recursos ilícitos generaba, habría sido promovido en la estructura criminal y tendría a su cargo diez hombres.
<b>Violencia en el Bajo Cauca</b>
El Bajo Cauca antioqueño es una de las regiones de Colombia donde se ha presentado el conflicto armado con mayor intensidad. Desde la década de 1970 hacen presencia diferentes grupos armados como el EPL, el ELN, las FARC-EP, así como distintas expresiones de autodefensas y paramilitares.
En medio del abandono estatal que se a producido en la región y la fuerte presencia de grupos armados el territorio se a convertido en un espacio de disputa que ha creado la violación de derechos de las poblaciones, el desarrollo de economías ilegales y el estancamiento social y económico.
Por lo que según registros del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz -Indepaz-, esta zona, conformada por Caucasia, Tarazá, Cáceres, El Bagre, Nechí y Zaragoza, fue el epicentro de las masacres que se registraron en Antioquia durante el 2020, pues de 21 ocurridas, 11 se cometieron en esta región, dejando 42 víctimas.
El municipio que concentra la mayor violencia de la zona es Tarazá, con casi 43.000 pobladores donde, según cifras de la Fiscalía General de la Nación, la tasa para 2019 fue de 324 homicidios por cada 100.000 habitantes, la más alta del país.
Las medidas tomadas por el estado ha sido la militarización, pero ha sido cuestionada ya que pese al alto componente militar, los asesinatos se dan en su mayoría de manera selectiva y en contextos rurales diferentes a enfrentamientos armados directos.
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