Impulsado por los vientos Alisios, el denominado polvo del Sahara, que proviene de esta zona desértica, arribará este 28 de febrero a la región Caribe y Andina, que a su vez son las zonas más afectadas por este fenómeno en el país.
Sin embargo, para este 2021 la Dimar, a través de su Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas (CIOH) emitió un parte de tranquilidad con respecto a la llegada de este fenómeno natural y climático: este material particulado “se disipará rápidamente en la atmósfera, sin afectar el comportamiento atmosférico del Caribe colombiano”.
No obstante, señaló la autoridad marítima, mantendrá informada a la comunidad en caso que las condiciones atmosféricas experimenten un cambio que pueda afectar a la región Caribe colombiana.
Un fenómeno climático que recorre el mundo
El desierto del Sahara es una de las principales fuentes de material particulado en el mundo. Se caracteriza por traer una masa de aire caliente, con muy poca humedad que, a su vez, contiene materiales biológicos y químicos que son potencialmente dañinos a la salud respiratoria. Este fenómeno es considerado un provocador ambiental de los síntomas de la enfermedad del asma.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las tormentas de arena en el Sahara provocan que se eleven a la atmósfera grandes cantidades de polvo y arena que, suspendidos, logran viajar grandes distancias mucho más allá del desierto, logrando alcanzar Europa o América.
El año anterior, uno de los satélites de la NASA detectó una enorme nube de polvo sahariano sobre el Océano Atlántico que se extendió desde la costa occidental africana hasta las Antillas Menores. La nube de polvo, que contiene hongos, bacterias, virus, esporas, ácaros, pesticidas y otros componentes químicos nocivos, viajó a través del Atlántico y llegó al Caribe en medio de la pandemia del coronavirus, un 18 de junio de 2020.
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Esta nube llamó la atención de investigadores de huracanes de la Universidad de Miami, que determinaron que la masa de aire del Sahara, que ocupaba el Atlántico, contaba con una capa de la atmósfera de 3.2 a 4 kilómetros de espesor, y una base de 1.6 kilómetros por encima de la superficie terrestre.
En ese momento del verano de 2020, el Centro Nacional de Prevención de Desastres de México, uno de los países afectados por la llegada de este fanómeno, calculó que el polvo del Sahara se extendía verticalmente entre 1,500 y 6,000 metros de altura.
La medición de la extensión del fenómeno tuvo qué determinarse desde los satélites, tomando como medida el espacio en unidades cuadradas que ocupaban los materiales particulados del fenómeno atmosférico.
Aunque la Dimar no ha estimado una alerta para la población de la región Caribe, que podría verse afectada si el polvo del Sahara incrementa su velocidad, se recomienda contar con una protección efectiva para este fenómeno.
Para el caso de la emergencia de 2020, Infobae México recomendó una lista con el paso a paso para evitar daños a la salud por la inhalación del material particulado.
Se recomienda el uso de lentes protectores, mascarilla, lavarse las manos, no tocarse los ojos con las manos y utilizar ropa cubierta.
Dentro del rango de las sugerencias, se recomienda proteger los alimentos y almacenar agua para evitar la contaminación por exposición al polvo del Sahara.