Después de más de 20 años buscando verdad y justicia para el caso de la muerte de Luis Argemiro Gómez Atehortúa, este jueves 25 de febrero, su familia recibió una disculpa por parte del Estado. En un Acto de Reconocimiento de Responsabilidad, la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado (ANDJE) expresó sus condolencias por la muerte del hombre, que ocurrió en 1999, y aceptó que la Nación no cumplió con su deber de garantizar su derecho a la vida.
“Lamentablemente, a Luis Argemiro Gómez Atehortúa no se le garantizó su derecho de protección, mientras estaba bajo la custodia del Estado. Hoy el Estado colombiano reconoce su responsabilidad en su muerte. (...) A ustedes familiares y amigos de Luis Argemiro, en nombre del Estado colombiano les pedimos su perdón, toda nuestra solidaridad con su dolor”, expresó Ana María Ordóñez, directora de defensa jurídica internacional de la ANDJE, durante el acto.
La organización Indemnizaciones Paz Abogados, que representó a las víctimas en este proceso, contó que esta disculpa llegó después de una lucha jurídica se extendió durante 22 años, y en ella se agotaron todos los mecanismos que aplicaban en el caso.
Al final, con ayuda de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que también estuvo atenta al caso, las partes llegaron a un acuerdo amistoso. Específicamente, el 9 de junio de 2020, las víctimas y el Estado suscribieron un Acta de Entendimiento para llegar al trato actual, que se materializó el pasado 2 de diciembre.
“Lo importante aquí es saber que existe una justicia restaurativa. No es solamente el manejo de una indemnización o de una reparación, estamos hablando de algo más profundo, algo que llega al corazón de los familiares de las víctimas que es el perdón, la reconciliación. Si queremos paz y tranquilidad interior, debemos reconciliarnos con el Estado”, manifestó Roberto Paz, abogado de las víctimas.
Ante las disculpas, los familiares de Gómez Atehortúa que participaron en el acto se mostraron aliviados, pues así podrán empezar a sanar su historia. Así mismo, manifestaron que el Estado debe procurar que no se repitan estas historias.
“La muerte de él nos dejó un vacío muy grande en nuestros corazones. En ese momento, sentimos una parte de tranquilidad, estamos muy contentos con lo que se ha logrado y queremos que casos como este no vuelvan a sucederle a nadie en el mundo. Sabemos que él como ser humano no era perfecto y que cometía errores, pero era una persona de calidad humana. No sabemos qué pasó, el único que sabe es Dios, pero vamos a cerrar este capítulo más tranquilos”, expresó Sindy Gómez, hija de Luis Argemiro.
Cabe mencionar que, personal de la CIDH continuará monitoreando este caso para verificar que, en efecto, el Estado cumpla con todos los acuerdos de reparación que pactó con las víctimas.
La Comisión afirmó que Colombia ha avanzado considerablemente en los procesos de reparación de las víctimas, sobre todo porque las acciones de reconciliación se están logrando a través de acuerdos amistosos. La representante de la ANDJE reforzó este mensaje y aseguró que el país cada vez genera más espacios de concertación para alcanzar acuerdos que contengan medidas de reparación integral, beneficiosas para las víctimas.
“El procedimiento de solución amistosa se ha convertido para Colombia en el escenario idóneo para el diálogo entre el Estado y las víctimas de violaciones de derechos humanos. Un acuerdo de solución amistosa es siempre visto, no solo como una expresión de buena fe, sino como manifestación de un amplio compromiso de la protección de los derechos humanos por parte de un Estado conciliador”,explicó Ordóñez.
Cabe recordar que, lo sucedido con Gómez Atehortua se remonta al 4 y 5 de febrero de 1999, en la ciudad de Medellín (Antioquia). Durante el primer día Gómez Atehortua fue detenido, junto a Roberto Mauricio Montoya Serna, presuntamente por miembros del Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (GAULA) de la Policía Nacional. Luego de su detención, fue trasladado a una penitenciaría del GAULA, lugar donde al día siguiente apareció muerto y con avanzados signos post mortem. Por un tiempo se manejó la teoría de que Gómez se había suicidado, pero esta información nunca se confirmó.
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