En septiembre de 2020 y en plena pandemia del covid-19, la entonces gerente general de la Terminal de Transportes de Bogotá María Carmen Espitia protagonizó un bochornoso espectáculo con varios funcionarios de esa empresa pública, al ofrecer una fiesta privada en las instalaciones de su oficina.
El hecho se dio a conocer días después, y en octubre, cuando Bogotá Firme publicó en su cuenta de Twitter videos y fotografías de ese encuentro en el que se ve a la gerente junto a sus funcionarios tomando, cantando y todos sin tapabocas en recinto cerrado.
La denuncia además aseguraba que, para la organización de esa fiesta “se pidieron aportes de 200 a 500 mil pesos a los funcionarios”, aseguró Bogotá Firme.
Este es el video:
El escándalo en su momento no tuvo mucha visibilización, y tampoco provocó que el secretario de Movilidad, Nicolás Estupiñán, ni la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, se pronunciaran sobre el tema. Mucho menos qué iba a pasar con la protagonista del video, la gerente Carmen Espitia.
Sin embargo, a finales de enero de este 2021, la alcaldía anunció que la Terminal de Bogotá tenía nueva gerente, se trata de Ana María Zambrano que entraba a reemplazar a Espitia.
Uno de los concejales que le hizo seguimiento a este escándalo, fue Andrés Forero, quien le solicitó al secretario Estupiñán la información de cómo terminó el contrato de la anterior gerente de la Terminal de Transportes, acceso que fue negada bajo el argumento de ser de carácter “reservado”.
El cabildante acudió a la Contraloría de Bogotá para conseguir lo que requería, y el documento llegó. “Ahí encontramos que es lo que buscaba ocultar Nicolás Estupiñán, y es que él citó el día 28 de diciembre, día de los inocentes, una junta directiva extraordinaria con el único propósito de terminar unilateralmente y sin justa causa el contrato de la gerente”, señaló Forero.
Terminar el contrato unilateralmente y sin justa causa provocó que la entidad le pagara una indemnización a Carmen Espitia por 346.368.724 pesos, aún cuando existían las razones para despedirla sin tener que pagar ese monto, ya que dentro del reglamento interno se estipula como falta grave el consumo de alcohol dentro de la Terminal de Transporte, eso por no hablar del incumplimiento de las medidas de bioseguridad.
Ante esta nueva denuncia, el concejal invitó a la Contraloría de Bogotá a investigar si el secretario de Movilidad incurrió en un posible detrimento patrimonial.
W Radio consultó con la Secretaría de Movilidad, que contó que la terminación del contrato de Espitia obedeció a que “la Terminal de Transporte en su última administración no avanzó en proyectos estratégicos para la ciudad, como, por ejemplo, los Centros de Integración Modal (CIM) y no estaba generando buenas rentabilidades por lo que la Junta Directiva vio necesario realizar cambios en su equipo directivo”.
Así mismo, sobre la denuncia de la fiesta señalaron: “la Procuraduría conoció la denuncia hecha por redes sociales e investiga dentro de su competencia. Ya será la Procuraduría quien determine las acciones que procedan”.
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