Según el ministro de Defensa Diego Molano, en abril iniciaría la aspersión aérea en Colombia, a pesar de que los protocolos legales aun no están listos, entre ellos el haber agotado en su plenitud la erradicación voluntaria de cultivos ilícitos, situación que denuncia la Asociación de Campesinos del Catatumbo (ASCAMCAT). El gremio explica que el Gobierno no ha tenido voluntad de ejecutar el Plan Nacional Integral de Sustitución (PNIS) del Acuerdo de Paz de la Habana.
La idea de este programa creado en el proceso de paz entre las Farc y el Gobierno es motivar a las comunidades que han cultivado coca a sustituir sus cultivos por otros legales y que les permita obtener ganancias, pero según reporta Caracol Radio, en el Catatumbo, Norte de Santander, los campesinos expresan que hay falta de voluntad política del Gobierno Duque, “se ha cerrado la puerta al programa”, afirmó Junior Maldonado, miembro del ASCAMCAT.
Según los campesinos, los representantes del Gobierno dicen que no tienen recursos para el programa y “no abren convocatoria para nuevas familias que quieran ingresar”, por lo que para ellos es contradictorio cuando ven la inversión y los protocolos que están andando en pro del regreso del glifosato.
Según el último reporte del PNIS, 99.097 familias han trabajado por sustituir sus cultivos en todo el país, por lo que le apuestan a encontrar ingresos en otra economía para dejar al lado la coca, pero los campesinos han denunciado que a pesar de que les dijeron que habría un dinero para ayudarles con esa transición, el consejero presidencial para la estabilización, Emilio Archila, ha indicado que el presupuesto no está asegurado. En Norte de Santander hay 2.988 familias inscritas para el programa.
Según Maldonado, consultado por Caracol Radio, los campesinos tienen voluntad para sustituir los cultivos ilícitos, pero dicen que la aspersión aérea o medidas fuerza como la llaman, ha incrementado el número de cultivos teniendo en cuenta que hay grupos armados ilegales en la zona. “Sin inversión a los territorios la gente va a seguir plantando de forma ilícita”, asevera el hombre.
Según cifras oficiales, en el país, hasta 2020, se erradicaron 37.693 hectáreas de coca, verificadas por la oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Sin embargo, Norte de Santander no está entre los departamentos con menor porcentaje de participación con el 3,02 por ciento donde lideran Putumayo con el 20,5 por ciento, Caquetá con el 23, Antioquia y Nariño con el 17 por ciento. En este departamento se han erradicado voluntariamente 922 hectáreas, mientras que Putumayo tiene cerca de diez mil.
Desde el 1 de febrero inició la fumigación terrestre con glifosato en la subregión del Catatumbo para erradicar los cultivos de coca. Esta acción se ejecutó a pesar de las objeciones hechas por los habitantes del territorio, quienes anunciaron que realizarán una marcha para mostrar su rechazo a esta medida.
Ascamcat está liderando este movimiento también porque asegura que la situación genera temor en la comunidad. “Es una política violenta volver a fumigar con glifosato. Es mejor replantear la política (de aspersión terrestre) y que se aplique la sustitución concertada con las comunidades. Históricamente los campesinos buscan organizarse para la movilización social, ya sea para los asentamientos campesinos o para otras acciones que tienen que ver con la movilización”, aseguró Holmer Pérez, miembro de la junta directiva de Ascamcat.
La organización explica que erradicar con glifosato no va a acabar con los cultivos ilícitos, y por el contrario, profundizará problemas que ya existen en la población de tipo social, económico y de seguridad.
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