Este 24 de febrero, durante el foro “La seguridad en tiempos de pandemia”, Probogotá dio a conocer el balance de la ciudad en 2020 e informó que, pese a la reducción de la mayoría de delitos, como bien lo ha registrado la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia, dicha tendencia a la baja no ha sido tan significativa, si se tiene en cuenta los meses de aislamiento obligatorio por el covid-19.
En palabras del director de seguridad ciudadana de Probogotá, César Restrepo, en Noticias Caracol, la disminución de los delitos “no representa un número significativo a la luz del contexto que vivimos en la ciudad. Durante ocho meses vivimos con algunas medidas de restricción, pero sobre todo durante cuatro meses, entre abril y julio, estuvo guardada casi en su totalidad”.
Los homicidios, por ejemplo, pasaron de ser 1.052 en el 2019 a 1.032 en el 2019, es decir, hubo una reducción de solo el 1,9 %, que según Probogotá no es reveladora si se tienen en cuenta las distintas etapas cuarentena. Lo que sí le sorprende a esta fundación, que cree que hay que ahondar en ello, es que las estructuras delincuenciales se hayan sostenido pese a las aparentes dificultades para la comisión de crímenes.
Lo que puede llegar a pasar, explicó Probogotá, es que una vez la capital vuelva a la normalidad, la comisión de delitos se dispare. “La celebración de unos buenos resultados en el 2020 no puede ser parámetro —para medir la inseguridad— en la medida que la ciudad tenderá a tener los mismos comportamientos que antes de la pandemia y problemas adicionales, por el impacto social y económico que el virus dejó”, señaló Restrepo.
En pocas a palabras, lo que quiso dar entender Probogotá es que el distrito debe explicar a la ciudadanía que, si bien la mayoría de hurtos disminuyeron, hecho que es favorable, no necesariamente implica que sea sostenible con el tiempo.
Deben tener cuidado con algo, en Probogotá estudiamos 15 ciudades en cuatro continentes, en todas cayeron los indicadores de delitos, pero aumentaron cuando ya no hubo confinamiento. No hubo advertencia de las autoridades que hubo una caída favorable, pero que no era sostenible porque no correspondía a un cambio estructural.
Para muestra un botón, en 2020 el hurto a personas disminuyó un 35,4 % en comparación con 2019. Sin embargo, la mayor parte de la reducción se concentró en Chapinero, Teusaquillo y Usaquén, localidades que en la “normalidad tienen mucho flujo de personas”, es decir, población flotante. Lo que demuestra este ejemplo, conforme con Bogotá es que, esta actividad delictiva cayó no por una resolución de fondo, sino por falta “de material para que se cometa”, pues quienes residen en la capital estuvieron casi cuatro meses aislados
Ese misma situación explicaría el porqué los delincuentes se volcaron a hurtar bicicletas, “el bien más preciado” durante 2020, según Restrepo.
En contraste con la caída del hurto a personas, aumentó la extorsión, de acuerdo con Probogotá. El último año se registraron 1.010 casos, fenómeno que aumentó en 11 de las 20 localidades, y estaría asociado con los préstamos gota a gota.
El incremento, sostuvo el experto, se puede deber a la falta de control de equipos de comunicación en las cárceles, desde donde se hacen llamadas a las víctimas de este delito, y a la ingenuidad de parte de la ciudadanía, que se presta para dar datos en llamada telefónicas, o divulga información pertinente para los malhechores en sus redes sociales.
Una de las recomendaciones de Probogotá al distrito es tomar la disminución de delitos en 2020 como un laboratorio para entender cómo operan las estructuras criminales a nivel local, verla como “un laboratorio” para entenderlas de manera focal.
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