Jorge Solano, el líder social asesinado por denunciar irregularidades del hospital de Ocaña

Jorge Solano trabajó como presidente de la Organización de Víctimas de Desaparición Forzada y como delegado de la Mesa de Víctimas de Ocaña.

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Jorge Solano fue líder social en Ocaña, Santander. Trabajó más de cuarenta años en contra de la corrupción y la defensa de las víctimas del conflicto armado. Fue presidente de la Organización de Víctimas de Desaparición Forzada y como delegado de la Mesa de Víctimas de Ocaña.

El pasado 3 de noviembre fue asesinado por unos sicarios que le dieron dos disparos en la puerta de su casa. Seis meses antes de su muerte, Solano por medio de sus redes sociales, publicó un vídeo en el que advertía quién podrías ser el protagonista si le llegaba a pasar algo.

Para esa época, es decir, para principios de 2020, Solano se encontraba investigando los dineros de los contratos que hacía el director del Hospital Emiro Quintero Cañizares, donde se encontró con que había irregularidades en cinco contratos que contaban con la firma del exgerente Pinzón.

Por esta razón, Solano publicó dicho vídeo que decía: “Usted no pudo con amenazas, no pudo con el soborno, ni seguramente podrá por la vía judicial. Le queda una sola vía, la de las armas, la del asesinato. Cualquier cosa que me pase ya sabemos quién puede ser”.

De acuerdo con la información de la investigación que se encuentra realizando la Fiscalía, Pinzón, más allá de ser señalado como el autor intelectual del asesinato del líder santandereano, se encuentra vinculado en la celebración de cinco contratos en los que se dice que $938 millones sería destinados al mantenimiento y la infraestructura del centro médico. La junta directiva del hospital nunca tuvo conocimiento de estos contratos.

Por otro lado, el exgerente también participó en la celebración de seis contratos para el suministro de material quirúrgico, destinando un presupuesto de $1.175 millones. Y por último, otra vez, de manera directa, Pinzón aparece en nueve contratos y una orden de compra para el suministro de medicamentos.

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Un mes después de los hechos, la Superintendencia de Salud intervino el centro médico y se encontró con 87 deficiencias administrativas, financieras y asistenciales que propiciaban un riesgo, para la atención de los pacientes y para los médicos y funcionarios de la salud.

En la dicha intervención se identificaron que en la gran mayoría de contratos que Pinzón había realizado había lazos familiares entre los proveedores favorecidos. Según la Superintendencia en seis contratistas se concentró el 40 % del presupuesto asignado para 2020.

Frente al caso del asesinato de Jorge Solano, el exgerente asegura que no tiene nada que ver con él y que, de hecho, fue “el primero en rechazar estos actos”, ya que vivió en carne propia la violencia cuando asesinaron a su papá. Además, por medio de un comunicado, aseguró que el líder social nunca lo demandó, mientras que Pinzón sí presentó reclamaciones por injuria y calumnia. “Nunca tuve un diálogo con él, ni siquiera a través de un tercero”.

En ese mismo comunicado expresó que no es familiar de Carlos Pinzón, uno de los detenidos por el asesinato de Solano, y que ya se puso a disposición de la Fiscalía para hacer las aclaraciones lo antes posible.

El pasado 16 de febrero la Fiscalía informó que un juez de garantías impuso una medida de aseguramiento en centro carcelario a los dos presuntos autores. Se trata de Carlos Daniel Pinzón Ramírez y de Luis López Delgado, imputados por homicidio agravado, en calidad de coautores; por fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego y por concierto para delinquir agravado. Según el general Jorge Luis Vargas, director de la Policía, uno de los implicados es primo del exgerente del hospital.

Por último, se supo que el año pasado, en noviembre, capturaron a alias el ‘burro’, llamado Jhon Freddy Espinosa, quien había sido el autor material del asesinato de Jorge Solano. De acuerdo con las pruebas que tiene la Fiscalía, todo señala que los sicarios recibieron $40.000.000 por ejecutar el homicidio, y que Carlos Pinzón se habría encargado de contratar a los autores materiales y de conseguir el arma, mientras que López vigilaba a la víctima antes y después del atentado.

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