Muchas veces se ha dicho que la lucha contra el cambio climático es una carrera contra el tiempo. Es por esto que en Pasto (Nariño), las autoridades instalaron un ‘reloj climático’ que marca una cuenta regresiva de seis años, tiempo en el que se debe mejorar la calidad del medioambiente. El dispositivo fue instalado en la Casa Don Lorenzo, en la Plaza de Nariño, en el centro de la ciudad, y las autoridades destacaron que es el primer reloj de este tipo que se ha encendido en toda Latinoamérica.
“Este reloj marca una cuenta regresiva del tiempo que le queda al planeta. Nos recordará la responsabilidad y compromiso alrededor del cuidado del entorno”, aseguró Germán Chamorro de la Rosa, alcalde de Pasto, durante el evento de inauguración del sistema.
El reloj está dividido en dos: una parte muestra los años, días, horas, minutos y segundos que quedan para dejar de producir emisiones de dióxido de carbono (CO2); y otra parte, que indica el porcentaje de uso de energía renovable. Se espera que cuando el cronómetro llegue a cero, la humanidad debe haber cambiado sus hábitos y así mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados celsius. Por el contrario, la segunda cifra debería llegar al 100 por ciento, lo que indicaría que el mundo está usando solo energía alternativa, que es amigable con el medioambiente.
Que la alarma del dispositivo esté programada para sonar dentro de seis años no es fortuito, ya que está basada en investigaciones que han liderado gobiernos y asociaciones medioambientalistas en todo el mundo. Teniendo esto en cuenta, cabe mencionar que esta iniciativa no es nueva, pues organismos internacionales la vienen impulsando desde hace un tiempo.
“Esta es una iniciativa internacional, sin ánimo de lucro, a la que la Alcaldía de Pasto se suma y establece un compromiso diario para trabajar en la disminución del daño ambiental que, de manera inconsciente y repetitiva, realizamos en el planeta, como, por ejemplo, la inadecuada disposición de los residuos sólidos, arrojar basuras a las fuentes hídricas y la tala indiscriminada de bosques y de especies endémicas”, manifestó Mario Viteri, secretario de Gestión Ambiental de Pasto.
Mientras se encendía el ‘reloj climático’ en Pasto, los templos y edificaciones importantes de la ciudad se iluminaron de color verde para simbolizar el compromiso que asume la ciudad para contribuir con la mitigación del cambio climático en el planeta. Este territorio asegura estar comprometido con la causa, ya que quiere proteger sus escenarios naturales.
Pasto es un municipio con inmenso potencial ambiental, ahí empieza el Macizo Colombiano, donde nacen algunos de los ríos más importantes de Colombia, como el Caquetá, Putumayo, Patía y Cauca. Además, en sus zonas rurales se encuentran los parques Nacionales Naturales Santuario de Flora y Fauna Galeras, el Santuario de Flora Isla La Corota y el Parque Natural regional Parque Ovejas Tauso. En este territorio también está ubicada la Laguna de La Cocha, designado como Humedal Ramsar por ser uno de los patrimonios ambientales más importantes del mundo, ya que cuenta con ocho páramos, seis humedales y más de 44.000 hectáreas de bosques altoandinos.
En el área urbana, Pasto también impulsa acciones medioambientales para restaurar su estructura ecológica. Para lograr esto, la administración municipal impulsa proyectos contemplados en su plan de ‘Biodiverciudad’, como la estrategia de cero plásticos de un solo uso y el manejo integral de residuos de construcción y demolición.
Todos estos cambios en favor del medioambiente están relacionados al compromiso que adquirió Colombia a finales de 2020 durante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc). En el documento oficial del evento quedó pactado que el país reducirá en un 51 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2030, es decir, que se emitirán 169,4 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) menos.
También se pactó que las deforestaciones, que son una de las principales causas de las emisiones del CO2, se reducirán en Colombia a una tasa de 50.000 hectáreas por año en 2030. Sin embargo, esta meta se alcanzará de forma paulatina con 155.000 hectáreas deforestadas para 2022, y de 100.000 en 2025, según el documento.
Estos cambios son vitales porque a través de la preservación del ambiente se pueden mitigar los desastres naturales, originados principalmente por el cambio climático. En Colombia, como se indicó en la Cmnucc, el 100 por ciento de las poblaciones tiene un alto grado de riesgo por el cambio climático y este fenómeno derivó un incremento de desastres que ocasionaron 11.000 desplazamientos de colombianos, según el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno. Según la entidad, pensar y ejecutar estrategias que favorezcan el medioambiente no es solo fundamental, sino que es de carácter urgente en Colombia.
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