Congresista se le midió a trabajar como domiciliario por un día en Bogotá

Tras identificar las problemáticas de los repartidores, dos militantes del Centro Democrático decidieron vivir la experiencia durante una jornada.

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José Jaime y Julián Uscátegui.
José Jaime y Julián Uscátegui. Foto: captura de video

Las problemáticas que enfrentan diariamente los domiciliarios en la ciudad de Bogotá son contadas, normalmente, por ellos mismos, quienes deben enfrentar las condiciones climáticas cambiantes de la capital, la inseguridad, el tráfico, la discriminación y hasta el malhumor de sus clientes. Sin embargo, aunque sean historias escuchadas, hacen parte de esas situaciones que no se pueden entender hasta que no se experimentan.

Considerando eso, Julián Uscátegui, edil de la localidad de Usaquén, decidió que para conocer directamente los problemas de los domiciliarios no solo tenía que hablar con ellos, sino hacer parte de su grupo y vivir la experiencia de un día laboral de estas personas, pero no quiso hacerlo solo. Uscátegui retó a su hermano Julián Javier, quien es representante a la Cámara por el Centro Democrático, a que lo acompañara.

“Hemos podido identificar algunas problemáticas relacionadas con los domiciliarios en materia de seguridad, por eso hoy vamos a hacer el ejercicio de ser Rappi por un día y en terreno poder identificar las problemáticas y hacer unas propuestas para mejorar la situación”, explicó Julián Uscátegui.

José Jaime Uscátegui, representante a
José Jaime Uscátegui, representante a la Cámara. Foto: captura de video

En sus bicicletas y portando la chaqueta, gorra y maletín de pedidos de una de las aplicaciones de domicilios más reconocida en la ciudad, los hermanos salieron de sus casas para empezar un día laboral como cualquier otro, acompañados por otros domiciliarios que, a lo largo del camino, les daban consejos y les compartían sus experiencias.

“Esto lo hacemos con mucho respeto por las personas que ejercen esta actividad y que hacen de esto su sustento de vida, pero queremos ponernos en los zapatos de ellos, conocer a las dificultades que se enfrentan en la calle, saber cómo los podemos fortalecer”, expresó el representante José Jaime.

En el video publicado por los hermanos, ambos se ven intentando ubicarse en la ciudad a través de la aplicación y movilizándose por las calles para entregar los pedidos. Además, comparten momentos con otros trabajadores y tienen que acudir a alguien para que les arregle las bicicletas, situación que diariamente pueden enfrentar quienes viven de este oficio.

Sin embargo, la mayoría de historias que los Uscátegui escucharon de los repartidores tenían que ver con robos, todos hicieron quejas de la cantidad de veces que por culpa de la inseguridad, los amigos de lo ajeno los dejaron si su material de trabajo. Algunos compartieron que les han hurtado sus bicicletas hasta cinco veces, así como el pedido que debían entregar.

Julián y José Jaime Uscátegui.
Julián y José Jaime Uscátegui. Foto: captura de video

Por otro lado, los domiciliarios reconocieron que dentro de la inseguridad que vive la ciudad también están involucradas personas que, camufladas bajo su mismo uniforme, usan la labor de repartidor para cometer delitos. “Ellos lo hacen con el objetivo de que la Policía no sospeche de ellos, pero sí hay personas que usan la investidura de la plataforma para hacer fechorías”, manifestó Juan Carlos Carrillo, uno de los trabajadores que acompañó al representante y su hermano.

El mayor César Ramírez confirmó que “no solamente extranjeros, sino también colombianos, utilizan este tipo de prendas para realizar actividades delictivas. (...) Queremos trabajar de mano con estas empresas y Migración para tener un mejor control y establecer si tienen los documentos necesarios para ejercer esta labor”.

Información que fue confirmada por los hermanos Uscátegui, quienes aseguraron que, evidentemente, “esta actividad permite ser un espacio para la delincuencia”, razón por la que “hay que trabajar de la mano con ellos para entre todos mejorar los entornos y seguridad de nuestros barrios. Se nos ha dicho que estos domiciliarios se van a vincular a la Red de Participación Cívica porque ellos saben dónde está el delito”, afirmó José Javier Uscátegui.

Finalmente, ambos hermanos describieron la experiencia de un día de trabajo como “enriquecedora” y “agotadora”. Además, enviaron un mensaje de apoyo para evitar la discriminación y xenofobia contra los trabajadores extranjeros, “son personas que se están ganando la vida, llevando el sustento a sus casas con este trabajo, no podemos estigmatizar a la totalidad de domiciliarios”.

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