Un subintendente y un patrullero, las dos víctimas de un ataque del ELN contra una subestación de Policía en Nariño

La pronta reacción de otros agentes permitió la captura de los tres perpetradores. En dos vehículos inmovilizados se halló armamento.

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El subintendente Jonathan Eduardo Bastidas
El subintendente Jonathan Eduardo Bastidas Villacís, nacido en Ipiales, y el patrullero Justino Alexander Dávila Urbano

Los ataques contra la Policía en el país no cesan. Este miércoles 17 de febrero, cuatro días después del asesinato de tres oficiales en el Caribe, dos agentes fueron ultimados en el departamento de Nariño.

Las víctimas fueron el subintendente Jonathan Eduardo Bastidas Villacís, nacido en Ipiales, y el patrullero Justino Alexander Dávila Urbano, oriundo de Contadero, ambos municipios de Nariño. Los oficiales murieron en medio de un ataque a la subestación de Policía del corregimiento de Chiles (Cumbal), cerca de la frontera con Ecuador.

La reacción de otros agentes, de acuerdo con la Policía, permitió interceptar un campero en el que se desplazaban los tres responsables del crimen, aunque también se inmovilizó otro vehículo. Dos de los implicados resultaron heridos, pues previo a su captura hubo un intercambio de disparos.

Los tres implicados se movilizaban en una camioneta roja y, al notar la llegada de otra patrulla, intentaron huir, disparando contra los uniformados. Algunos pobladores grabaron el momento en en que el subintendente y el patrullero fueron atacados, a eso del mediodía, y les informaron a las autoridades.

“Se logró la incautación de siete armas de fuego de corto alcance, dos fusiles y dos granadas”, manifestó el secretario de Gobierno de Nariño, Francisco Cerón. Y agregó: “Expresamos nuestro sentido de condolencia a los familiares de los dos miembros de la Policía Nacional”. Dos de las siete armas habían sido hurtadas por los criminales a los policías fallecidos.

Los capturados, de acuerdo con la Policía, harían parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que opera en la zona de frontera.

Tres policías víctimas del Clan del Golfo en el Caribe

El pasado lunes se dio a conocer la noticia de que tres policías habían sido asesinados en los departamentos de Sucre y Antioquia. Pues bien, la Fiscalía General de la Nación informó que los crímenes habrían sido perpetrados por el Clan del Golfo, la estructura armada ilegal dedicada al narcotráfico más temida del país, en retaliación por el abatimiento de Nelson Darío Hurtado Simanca, alias ‘Marihuano’, el 7 de febrero pasado.

“Con firmeza iremos tras los responsables del asesinato de nuestros compañeros Pt. Luis Beltrán y Pt. Pablo Mosquera en Guaranda (Sucre), y Pt. Édison Parra en Caucasia (Antioquia). Rechazamos con vehemencia este crimen. Nuestra solidaridad y acompañamiento a sus familias”, fueron las palabras del mayor general Jorge Luis Vargas en Twitter.

Los patrulleros Mosquera y Beltrán, integrantes de la estación de Policía de Guaranda, Sucre, fueron víctimas de un ataque con armas de fuego en la noche del sábado.

Edison Ferney Parra, por su parte, fue atacado este domingo en el municipio de Caucasia mientras estaba haciendo vigilancia en la zona. Por la gravedad de las lesiones, el patrullero murió en el sitio del ataque.

Alias ‘Marihuano’ era la mano derecha de Darío Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, el máximo cabecilla del Clan del Golfo, por quien las autoridades colombianas ofrecen hasta $ 5.000 millones. A la pérdida de este criminal, se suma la de Willar Duarte Arango, alias ‘Veterino’, administrador de las rutas del narcotráfico de esta organización en el Urabá antioqueño, capturado por la Policía este 15 de febrero.

De acuerdo con la Fiscalía, tiene el material suficiente para determinar que las órdenes de ejecutar a los policías vinieron de las subestructuras Jorge Iván Arboleda, que opera en Segovia (Antioquia), la subestructura Uldar Cardona Rueda, en Guaranda (Sucre), y la Moreno Peñate, en Caucasia (Antioquia).

Acerca de los hechos, el fiscal Francisco Barbosa sostuvo que fueron capturados tres presuntos delincuentes por los asesinatos y que el Clan del Golfo habría pagado dos millones de pesos a quienes los perpetraran.

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