Con una pierna rota y múltiples heridas en el cuerpo terminó un ladrón en la noche de este martes 16 de febrero. Los habitantes de un barrio al sur de Bogotá defendieron con palos y patadas a una pareja que estaba siendo atracada por un grupo de ladrones, uno de ellos terminó siendo lanzado por la comunidad a un río que pasa por la zona.
La percepción de inseguridad en la ciudad capital no solo genera temor entre los ciudadanos, pues saben que muchos de los delincuentes andan armados y no dudan a la hora de atentar contra la vida de sus víctimas para despojarlos de sus objetos personales, también genera una ola de indignación que lleva a que sucesos en los que la justicia por mano propia se vuelve protagonista. Conocer casos en los que los delincuentes solo duran unas horas capturados y luego vuelven a las calles a hacer de las suyas ha causado que muchos habitantes de Bogotá decidan no ceder ante las amenazas de los delincuentes y, en cambio, unirse en su contra.
Así sucedió en horas de la noche en el barrio Santa Ana, localidad de San Cristóbal, sur de Bogotá, cuando dos delincuentes interceptaron a una pareja que caminaba por la zona; con lo que no contaban los delincuentes es con que los habitantes del barrio ya los tenían identificados y estaban alerta a que intentaran robar a alguien, no para capturarlos y entregarlos a las autoridades precisamente, sino para darles una lección con mano propia.
Según contó un testigo al Ojo de la Noche de Noticias Caracol, estos delincuentes se han acostumbrado a robar a los vecinos del barrio Santa Ana, quienes se unieron para arremeter en contra de los ladrones. Cuando los delincuentes intentan escapar, la horda furiosa con palos, puños y patadas los agredieron, uno de ellos logró escapar de los golpes, mientras el otro se llevó toda la golpiza y, en medio de la rabia de los vecinos, fue lanzado hacía el río Fucha.
Orlando García, vecino del sector y testigo de la situación aseguró al medio que “había más transeúntes, lo cogieron en flagrancia, le dieron una ‘paloterapia’ y lo mandaron desde la orilla del río Fucha al fondo”.
La caída del presunto delincuente fue de cerca de 10 metros y quedó sobre unas rocas que impidieron que el afluente lo arrastrara más abajo, lo que agravó las heridas de su cuerpo producto de la linchada, razón por la que quedó tendido a la orilla del río sin poderse mover, así que empezó a pedir auxilio. En el lugar hicieron presencia Bomberos, rescatistas y autoridades, quienes descendieron hasta donde estaba el hombre y lo sacaron en una camilla, pues presentaba varias facturas en todo el cuerpo.
Sin embargo, al llegar las autoridades al lugar recibieron el reclamo de la comunidad que, indignada, les decía que como ellos no realizaban rondas en la zona para evitar la inseguridad, se vieron obligados a actuar ellos mismos en contra de quienes los perjudican. Por su parte, el mayor Juan David Arango informó al medio que, a pesar de que los vecinos afirman que son ladrones, nadie se acercó a poner una denuncia en contra de estos, razón por la que no habría motivos para judicializarlo.
El presunto ladrón se encuentra en un centro médico del sur de la capital, donde recibe atención para las múltiples heridas con las que resultó después de los golpes que le dieron los habitantes del barrio. Mientras tanto las autoridades recordaron a la comunidad que la justicia por mano propia no es lo indicado, que deben confiar en las autoridades y hacer las respectivas denuncias para que los delincuentes sean judicializados por sus actos.
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