La llegada de James Rodríguez al Everton, para la temporada en curso, creó una explosión de fanatismo por el club inglés, por parte de los hinchas colombianos. A la admiración por el diez cucuteño, se suma el cariño por Yerry Mina, quien también milita en el equipo, y es por eso que han nacido grupos de simpatizantes de los ‘toffees’ en el país.
Sin embargo, hay un conjunto de aficionados de la escuadra de Liverpool que nació cinco años atrás. Se trata del Bogotá Blues, que fundó el británico Alex Swift, y, en las últimas horas, recibieron el reconocimiento de ser el primer club de fans oficializado por el Everton.
Con motivo del anuncio, dos de sus miembros más jóvenes, Simón y Lucas, de 11 y nueve años, respectivamente, tendrán la oportunidad de ser mascotas virtuales, en el duelo en el que los ‘toffees’ enfrentarán al Manchester City, este miércoles. La dinámica consistirá en que alguno de los jugadores que salte al campo llevará un iPad en la que estarán los dos, de manera que podrán acompañar al onceno titular en los actos de protocolo.
“Como miembro fundador de los Bogotá Blues, es una experiencia maravillosa saber que los muchachos colombianos tendrán la oportunidad de ser mascotas del club. Están emocionados y tengo la certeza de que este es solo el comienzo de un vínculo realmente especial entre las dos cosas que más amo en la vida: el Everton y Colombia”, confesó en declaraciones consignadas por la página web del club.
Los niños no serán los únicos que harán parte de un evento, en conmemoración del galardón que recibieron, también lo hará Alejandro Bedoya, quien participará en una actividad virtual en la que podrá vivir de forma especial, el derbi ante los ‘reds’, del próximo fin de semana.
Bogotá Blues gozará de beneficios especiales, entre los que se destacan un certificado de afiliación y una bandera personalizada. El club de fans es un grupo conformado por simpatizantes colombianos y expatriados del Reino Unido, que viven los partidos del equipo de manera especial, como le comentó Swift a los medios oficiales de los ‘toffees’.
“El día de los juegos hay gran expectativa. Puedo salir a correr con mi camiseta del Everton y la gente me para para hablarme o señala el escudo y grita: Vamos, Everton. Somos una familia, sin importar en qué parte del mundo nos encontremos, y eso le toca fibras sensibles a muchas de las personas en Colombia”, relató.
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