Según un informe de la neuróloga clínica Isabel Cristina Restrepo, miembro de la Asociación Colombiana de Neurología, el insomnio en los bogotanos habría aumentado un 30% desde que inició la pandemia por covid-19, el resultado del informe dice que, al menos el 75 % de los bogotanos habría manifestado tener problemas para dormir.
Este estudio fue realizado, por primera vez en abril del 2020, cuando inició la crisis de salud publica y en enero de este año, durante el segundo pico de contagios, se completaron los resultados con entrevistas a 1.300 pacientes de neurología, estos manifestaron que sienten mucha ansiedad, estrés e incertidumbre por la situación que se está viviendo el país.
En una entrevista para El Espectador, la doctora Restrepo, explicó cómo se conoció la situación “Lo que hicimos fue encuestar a los pacientes que tienen consultas de neurología y ahí se presentaron varias cosas sobre la percepción que tienen del sueño y de otros factores que consideraban que habían empeorado durante la pandemia”, confirmó.
Según la investigación el 40 % de los ciudadanos tienen problemas para dormir crisis de ansiedad y estrés, el 25 % por los cambios drásticos de rutina y alimentación, el 10% por la exposición permanente a las pantallas de los equipos tecnológicos, el 12% por sedentarismo y el 8% por el encierro y el miedo a contagiarse del virus.
Además, aseguró que las personas no están sintiendo que puedan descansar, que a pesar de dormir algunas horas, sienten que se levantan igual de cansados, “Hay problemas para conciliar el sueño y para mantenerlo. Hay personas que manifestaban que se levantaban muy temprano en la madrugada o que simplemente no sentían que fuera un sueño reparador”, confirmó al medio de comunicación.
Otro de los agravantes es que los ciudadanos tienen miedo a perder su empleo, muchos no han recibido dinero durante la pandemia y otros se han visto en la obligación de cambiar su profesión para tener ingresos, “la gente tiene problemas económicos y de desempleo a raíz de lo que generó la pandemia. A eso se le suma la llegada del covid-19, que trajo un sentimiento de temor por los contagios, por enfermarse y que no hubiese una UCI donde lo pudieran atender”, completó Restrepo.
La falta de sueño no solo está trayendo problemas emocionales, sino también físicos, puesto que el no dormir implica que mueran neuronas, que empiecen los problemas de memoria y concentración y se afecte el rendimiento en cualquier área de la vida de las personas, “se producen mayores niveles de estrés y genera el riesgo de presentar problemas de ansiedad o depresión. También pueden aumentar las enfermedades cardiovasculares como la diabetes, la hipertensión y los problemas cardiacos”, explicó a El Espectador la doctora.
A raíz del insomnio y de los problemas derivados de este, se aumentó en un 20 % el consumo de medicamentos para dormir y para la ansiedad, muchos de ellos adquiridos sin formula médica lo que está empeorando la situación pues no se está yendo a un médico a evaluar si el fármaco puede traer problemas adversos.
Ante la situación los expertos recomendaron que se visite a un especialista antes de medicarse o solo tomar productos naturales.
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