Rodrigo Londoño, jefe del partido Comunes, desautorizó este 15 de febrero a los senadores de esa colectividad Judith Simanca Herrera, conocida como Victoria Sandino; y a Israel Alberto Zúñiga Iriarte, Benkos Biohó, que criticaron a la JEP.
Sandino y Benkos Biohó, ambos exintegrantes de las Farc, pidieron a la Justicia Especial para la Paz (JEP) que no se les juzgara como criminales, sino como rebeldes y solicitaron a la II Misión de la ONU, los países garantes y otras personalidades internacionales que estuvieron involucrados en la firma del acuerdo de paz para que insten a Duque a que no modifique lo acordado.
Las FARC-EP fue una organización rebelde, lo que la llevó a ser contraparte de un Acuerdo Especial con el Estado colombiano y otros sujetos de derecho internacional. No fue un aparato criminal; una organización de este tipo no podría haber alcanzado jamás este reconocimiento formal
El comunicado sigue: “La guerra nunca fue nuestra primera opción. Nos vimos obligados a ser parte de ella por la ausencia de reformas sociales y garantías democráticas que, en parte, quedaron mandadas en el Acuerdo de Paz del que somos signatarios, pero que siguen sin materializarse en medio del desinterés cómplice del actual gobierno”.
Sobre el pronunciamiento, Londoño aseguró que este no fue consultado por los miembros del partido Comunes.
En Blu Radio, ‘Timochenko’ también se refirió a la carta que envió a Juan Manuel Santos y que este contestó a los pocos días. “Es un deber de todos los colombianos salvar este proceso”, dijo.
Además, explicó por qué no envío la carta al presidente Duque, sino a Santos.
Él (Santos) conoce en su letra y en su espíritu el acuerdo y a él es a quien voy a acudir. No podemos dejar pasar esta oportunidad que nos ha dado la historia (…) No dejemos perder esa hoja de ruta, no dejemos que nos tracen una hoja de ruta para que los colombianos sigamos enfrentados.
Por último, solicitó a los miembros del partido Comunes que contribuyan al proceso y generen un ruido innecesario.
<b>Santos responde a Timochenko sobre el proceso de paz y el plan de asesinato en su contra</b>
El pasado 11 de febrero, el expresidente Juan Manuel Satos publicó un trino con una carta dirigida a Timochenko en la que afirmó estar dispuesto a reunirse con el presidente Iván Duque en torno a la implementación de la paz, invitando a la ONU y a los garantes.
El mandatario aseguró encontrarse conmovido por la misiva y compartir la angustia y el dolor “por la muerte a todas luces condenable e inaceptable” de los antiguos combatientes.
“Comparto el dolor de todas las víctimas del conflicto armado, el dolor de las familias de nuestros soldados y policías y, en esta coyuntura reciente, el de las víctimas de los secuestros que están reviviendo sus dramas con los relatos y las acusaciones de la JEP. Sobre esto último, espero que ustedes reconozcan su autoría y responsabilidad para contribuir a sanar las heridas, y que la JEP siga haciendo su trabajo con los máximos responsables de crímenes atroces de todas las partes involucradas en el conflicto”.
Aseguró que, “entre las múltiples fallas, vacíos e incumplimientos en la implementación de los acuerdos de paz lo más preocupante, sin duda, son los asesinatos de los exguerrilleros de las Farc y de los líderes sociales”.
El nobel de Paz dijo que estos asesinatos no son “como algunos han querido insinuar”, culpa de los acuerdos de paz, sino de la “falta de implementación”, la cual está a cargo del Gobierno de Iván Duque.
Éramos totalmente conscientes de que el fin de la guerra con las Farc no eliminaría otras fuentes de violencia y, por eso mismo, se incluyó específicamente el punto 3.4 sobre garantías de seguridad. El cumplimiento de este punto (o los 13 subpuntos que ahí se especifican) resolvería el problema, pero para eso se requieren liderazgo, capacidad de coordinación y voluntad política
La misiva continúa diciendo que “el Gobierno es el responsable del orden público y de la seguridad de todos los colombianos, entre los cuales los exguerrilleros que lealmente están cumpliendo con los acuerdos deben estar en primera línea, por su vulnerabilidad, junto a los líderes sociales, muchos de los cuales están matando por promover la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos o la devolución de tierras a los campesinos desplazados, o por oponerse a la deforestación o a la minería ilegal”.
Santos aseguró que “el presidente Duque y su gobierno deben escuchar las múltiples voces que reclaman una acción más decidida y eficaz para protegerlos”. Santos recordó en la carta que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden y el secretario general de la ONU António Guterres han priorizado la paz y se lo han hecho saber al presidente Duque.
El nuevo gobierno de Biden ya priorizó la implementación de la paz y los derechos humanos en las relaciones bilaterales. Y es muy diciente que, hasta el secretario General de la ONU, António Guterres, le haya dicho directamente al presidente Duque el martes pasado en su programa diario de televisión que “la implementación integral del acuerdo de paz es una herramienta clave para atender la emergencia del covid-19.
Incluso, el exmandatario vaticinó que de seguir la violencia en Colombia, “se corre el peligro de que Colombia se escurra de nuevo a la nefasta lista de países parias, con todo lo que esto implica, después de haber logrado salir de ese fangoso pantano con tanto esfuerzo y dificultad”.
“Lo mismo pasa en el frente económico: si no se hacen las reformas necesarias, perderemos el grado de inversión, con los inmensos costos que eso significa. Los prestigios de las personas y de los países se construyen en mucho tiempo y con mucho esfuerzo, pero se deshacen muy rápido y con enorme facilidad”, escribió Santos en la carta abierta.
Más adelante recordó que las relaciones entre él y Duque no son las mejores e incluso le parece anecdótico que el actual mandatario de Colombia no lo mencione.
Mis relaciones con el presidente Duque no son las mejores. Se ha dedicado a gobernar con un espejo retrovisor, pero un espejo de esos que distorsionan la imagen, de los que hacen ver a los flacos gordos y a los gordos flacos, y ha optado, extrañamente, por no mencionar mi nombre.
Sobre la invitación que le hace Rodrigo Londoño para hablar con Duque, Santos dijo estar dispuesto a reunirse con presidente, pero que no se hace “muchas ilusiones” al respecto.
Le cuento lo anterior porque usted me pide en su carta que nos reunamos con el presidente Duque. Sería lo ideal, pero no me hago muchas ilusiones. Espero estar equivocado. Siempre he creído que cuando las circunstancias y la patria lo demanden, todos debemos dejar a un lado nuestras diferencias, prejuicios, posiciones partidistas y demás sentimientos que alimentan la polarización, para trabajar juntos por objetivos superiores. Es lo responsable. La paz es, sin duda, uno de esos objetivos. Así lo he repetido en sendas ocasiones. No tengo entonces problema alguno en tener esa reunión con el presidente. Lo haré con gusto
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