En la madrugada del domingo, 24 de enero de 2021, se vivió la masacre de cinco personas en Buga, Valle del Cauca, así lo confirmó el comandante de la Policía de ese departamento del suroeste colombiano, coronel Jorge Urquijo. Entre las víctimas mortales se encuentran cuatro jóvenes entre los 17 y 18 años de edad.
Luego de 22 días del hecho, según fuentes de Darcy Quinn, el ataque iba dirigido al dueño de la finca Wilson Alberto Pérez, a quien se le inicia un proceso de extinción de dominio porque no ha podido explicar cómo ha obtenido algunos bienes, entre esos la finca donde ocurrió la masacre.
Los primeros informes de las autoridades que investigan el caso, concluyeron que los hechos se dieron a las 3:00 de la mañana, en una finca del municipio vallecaucano, en un predio ubicado en el corregimiento Chambimbal, a diez minutos de la vía principal.
La primera hipótesis del caso suponía que cuatro hombres armados entraron al lugar y dispararon indiscriminadamente a quienes estaban dentro del inmueble. Cuatro personas perdieron la vida inmediatamente, y tres más quedaron heridas.
Según la revista Semana, las víctimas fatales fueron halladas dentro de un jacuzzi. Además, en el lugar encontraron el celular de uno de los atacantes, el cual fue una de las pruebas más relevantes para dar con los atacantes.
Las autoridades defienden el planteamiento de que las disidencias de las Farc estarían involucradas en el hecho, ya que en la zona está operando el Bloque Central o Comando Conjunto Central Adán Izquierdo que pertenece a ese grupo armado.
“Lo que estaban buscando las personas que llegaron ahí era al dueño de la finca, al ingeniero Wilson Alberto Pérez”, aseguró Darcy Quinn, ya que el hombre se encontraba allí con varios amigos de su hijo, que fue uno de los muertos.
La aparente razón por la que los sicarios buscaban a Pérez era por “un cobro de cuentas o extorsión, algo por el estilo”. Las autoridades, además, encontraron que “hubo disparos desde el segundo piso de la casa”, y que por eso se habla de un posible enfrentamiento.
Es importante mencionar que, dentro de las hipótesis desde el comienzo no se descarta la posibilidad de que se haya dado un enfrentamiento armado entre los subversivos y los trabajadores de la finca. Pues, la Fiscalía encontró tres armas de fuego y balas de 9 mm dentro en la casa.
Según versiones, las víctimas presuntamente discutieron con los asesinos, “el término que usaron fue que ellos empezaron a aletear, es decir que los muchachos empezaron a preguntar y a ponerse un poco a la defensiva, y los pistoleros dispararon contra todos ellos, pero no era el objetivo llegar a matar a las personas que se encontraban ahí, era buscando al dueño de la finca”, agregó la periodista.
Finalmente la policía anunció que ordenarán extinción de dominio al predio donde ocurrió la masacre, porque no ha podido explicar cómo ha obtenido algunos bienes, entre esos la finca de Buga.
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