A pesar de las estrategias implementadas en el Atlántico para evitar que se violaran las medidas de bioseguridad durante este fin de semana, en el que se celebraría el Carnaval de Barranquilla, los ciudadanos lograron romper la ley. La Policía Metropolitana de Barranquilla (Mebar) reportó que desmontó 683 fiestas clandestinas en el departamento, en las que se impusieron comparendos a 1.070 personas y se registraron 928 riñas.
Las autoridades detallaron que de la cifra general de fiestas, 353 se realizaron en la capital atlanticense. Las localidades donde más se atendieron casos fue: Metropolitana, con un 43,8 por ciento; Suroriente, con un 31,6 por ciento; Suroccidente, 22,8 por ciento; y Riomar, 1,7 por ciento.
El general Diego Rosero, comandante de la Mebar, aseguró que las fiestas callejeras fueron el hecho más común. Los ciudadanos cerraron las calles, prendieron los famosos equipos de sonido conocidos como ‘picós’ y consumieron licor en la vía pública. En estos espacios, como era de esperarse, los ciudadanos no tuvieron en cuenta el distanciamiento social y el uso del tapabocas.
Una de las situaciones de este tipo más difíciles de lidiar, según las autoridades, se registró en el barrio Bella Arena, al suroccidende de Barranquilla, donde más de 150 personas se aglomeraron en la calle para bailar, tomar y echar maicena, como usualmente se vive el carnaval en la ciudad.
Algunos vecinos no toleraron la situación y la reportaron ante las autoridades, que llegaron a apagar la celebración. Ante este hecho, varios de los civiles atacaron a la Policía, pero al final les tocó volver a sus casas.
“Fue el único caso en el que al llegar la policía hubo un altercado. La Policía tuvo la necesidad de intervenir de forma un poco más drástica, sin embargo, la situación se controló rápidamente”, detalló el general Rosero.
A pesar de las fiestas ilegales, la Policía también reveló que el balance fue positivo, teniendo en cuenta que en fin de semanas anteriores han intervenido un número mayor de reuniones. Solo el sábado 30 y domingo 31 de enero en el departamento fueron intervenidas 1.457 fiestas y las autoridades atendieron 11.000 llamadas de seguridad, con 318 riñas reportadas en Barranquilla y su área metropolitana.
“El balance general es bastante positivo, comparado con los fines de semana anteriores”, dijo Rosero.
La declaración del general no convence a los expertos en epidemiología y el personal médico del Atlántico, quienes expresaron su preocupación porque aseguran que dentro de dos semanas se pueden disparar los contagios por covid-19 en el territorio.
Cabe recordar que, las fiestas clandestinas se realizaron a pesar de que los alcaldes de todos los municipios del Atlántico decretaron ley seca extendida durante el fin de semana y toques de queda. Los atlanticenses debían permanecer en casa desde el viernes 12 de febrero a las 7:00 p.m. hasta el sábado 13 de febrero a las 5:00 a.m.; el sábado 13 de febrero a las 2:00 p.m. hasta el domingo 14 de febrero a las 5:00 a.m.; y, finalmente, del domingo 14 de febrero desde las 2:00 p.m. hasta este lunes 15 de febrero a las 5:00 a.m.
Así mismo, el lunes 15 y martes 16 de febrero, días que en un año normal serían declarados cívicos para celebrar las carnestolendas, este año son días laborales normales. Esta información fue confirmada el pasado 20 de enero por el alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, y los alcaldes de los otros 22 departamentos del Atlántico. Las autoridades tomaron la decisión justo después de que la gobernadora Elsa Noguera les hiciera la solicitud.
Le puede interesar: