Eduardo Parra, fundador de la banda de rock chilena Los Jaivas, y la historia de amor que lo hizo dejar París para vivir en Colombia

El artista confirmó que lo que sentía por su mujer era tan grande que no le importó abandonar Europa e instalarse en Fusagasugá

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Foto: Los Jaivas
Foto: Los Jaivas

Eduardo Parra, uno de los miembros fundadores Los Jaivas, un grupo musical muy reconocido en Chile, quien ahora vive en Fusagasugá, una ciudad mediana de Cundinamarca, habló con el medio de comunicación La Tercera, de su país, sobre su experiencia dejando París para radicarse, por completo, en Colombia, luego de que su esposa lo convenciera de venir a echar raíces en el país. El hombre, que ahora tiene 77 años, vive sus días en una casa alejada del agite de las grandes ciudades y con vista a la naturaleza.

Los Jaivas fue una banda de rock que nació en la década de los 60 y se volvió reconocida a nivel internacional por crear una fusión de rock con instrumentos y ritmos folclóricos suramericanos. El grupo se formó en Viña del Mar, Chile, y ha sido considerada una de las bandas más importantes e influyentes de Sudamérica.

En la entrevista con el medio de comunicación, Parra habló sobre cómo ha vivido durante la pandemia, su llegada a Colombia y cómo, junto a su pareja, Sandra María del Consuelo, una colombiana a quien conoció y enamoró en París al final de la década de los 80 empezar una nueva aventura lejos de Europa.

“Junto a mi esposa, pensábamos en un cambio radical, estar en el campo, en una idílica casita en plena pradera, fundamentalmente lejos del mundanal ruido. Estábamos un poquito cansados de la capital de Europa, donde a diario, en tiempos normales, hay sólo como población flotante un millón de personas; donde para llegar de un extremo al otro hay que pensar al menos en dos horas de un viaje congestionado, polucionado. Queríamos emigrar, regresar a nuestra tierra y ver el campo, que es lo que estamos haciendo ahora, donde a lo lejos se divisan varios pueblitos encaramados en los montes de vegetación salvaje”, mencionó el artista a La Tercera.

Fue así como decidió empezar su vida lejos del ruido de los escenarios y las grandes ciudades, pero no fue de gratis llegar hasta ese momento, el artista confesó que solo por amor es que logró cambiar todo lo que creía en su vida y dejar de lado las banalidades.

Así habló de cómo conoció a Sandra y cuándo le cambió la vida, “Ella estudiaba en el día y en la noche trabajaba ahí [en un restaurante chileno de la ‘ciudad luz’]. Yo iba con los músicos a ese restaurante para pasar las penas y olvidar mi profunda tristeza. A Los Jaivas nadie los sacaba de su pena, estaban mudos, sin saber qué hacer. Pero por mi parte yo era muy feliz, porque la había conocido a ella. Ella no conocía a Los Jaivas, pero en el restaurante todos me conocían. Tuve mucha suerte”, reconoció Parra en la entrevista.

Desde ese momento, la vida le cambió por completo y confesó que ya nada volvió a ser igual, “nunca volví a ver a París como cuando nos conocimos, aunque es una ciudad mágica y donde se dan posibilidades en el momento menos pensado”. Entonces, decidió echar raíces junto a su esposa, tuvieron un hijo, se acomodaron a las nuevas tecnologías y migraron todo el contenido de Los Jaivas a plataformas digitales.

Sin embargo, ambos decidieron que no querían pasar e los últimos años de su vida y decidieron que Fusagasugá era el lugar ideal para establecerse.

“Es un lugar con un clima muy agradable, nunca hace frío. La población suma 147.631 habitantes y aquí la cordillera de los Andes no es un fabuloso paisaje lateral como en Chile; aquí uno vive encima de una cordillera verde. Además, nuestro departamento lo elegimos en una zona rural. Pensamos que este será el lugar donde viviremos, si Dios quiere, hasta el final de nuestra existencia”, aseguró Parra.

A pesar de que ya cumplió un año viviendo en Colombia, asegura que en París aún le quedan varios asuntos por resolver y que debe organizar qué pasará con su apartamento y algunos objetos personales que deberá traer en un contenedor. Sin embargo, dejó claro que el amor lo trajo hasta el país y que no se irá de aquí a menos que sea su esposa la que se lo pida.

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