En un hueco estaba Brayan Esneider Martínez, un joven de 24 años que llevaba desaparecido tres meses desde que su familia le perdió el rastro, el pasado noviembre en el barrio La Reliquia de Villavicencio. En ese tiempo su familia había recibido llamadas extorsivas a través de WhatsApp. A pesar de que tiene una discapacidad en sus extremidades inferiores, el joven logró escaparse.
Todo se dio en el barrio San Antonio, al sur de Villavicencio, lugar donde permanecía secuestrado. Martínez pudo escapar de la vivienda porque, al parecer, los captores habían salido. Ya en la calle buscó a las autoridades quienes lo asistieron inmediatamente y luego arribaron a la casa donde permaneció todo ese tiempo: las condiciones de su lugar de reclusión eran deplorables: se trataba de un hueco al interior de la vivienda que servía para ocultarlo aprovechándose de su discapacidad. Según la Policía Metropolitana de la ciudad, ponían sobre el hueco un bafle de sonido para ahogar sus gritos de auxilio.
Dentro de ese espacio había una cama improvisada con papel periódico, botellas de gaseosas y bebidas energizantes, platos de comida y hasta una cuchara que, al parecer, estaba amarrada, al igual que un tarro donde bajarían los alimentos. Además, en el lugar incautaron dispositivos móviles y simcards que serán usados como material probatorio .
En las llamadas que recibieron sus familiares, pedían 200 millones de pesos para liberarlo. Aunque el joven se encontraba estable al momento de su escape, sí presenta signos de desnutrición y deshidratación. En la llegada al lugar, las autoridades capturaron a dos presuntos responsables: madre e hijo que no se encontraba en el lugar y que intentaron escapar al llegar.
“Es claro que está en contra de la dignidad humana. Estaremos atentos a las investigaciones para ver si corresponde a alguna organización o se trata de un caso aislado. A través de la Secretaría de Gobierno y la Dirección de Derechos Humanos se hará acompañamiento a la familia”, afirmó el alcalde Felipe Harman.
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El nuevo partido político Comunes denunció en un comunicado, por medio de su cuenta de Twitter, que durante la asamblea en la que se estaban ultimando detalles para el encuentro próximo en el que decidió el nuevo nombre del partido, el pasado 21 de enero, en Villavicencio, Meta, vieron seguimientos amenazantes y situaciones sospechosas.
En ese comunicado público se anunció la presencia de un vehículo de placas BKB 921, de Bogotá, cerca de las oficinas en las que se encontraban los exintegrantes de la extinta guerrilla de las FARC. Señalaron que se estaban tomando fotos desde el vehículo y que, consultados por el personal de seguridad, los ocupantes dijeron ser agentes del Gaula, de la Fiscalía.
“Reportamos a la Policía del cuadrante y enlace de la Unipep”, aparece en la denuncia. También se informó que el vehículo se fue del lugar en el lapso en que llegaron los agentes de Policía, manifestando que esperaba a una persona que estaba en una academia de conducción.
En esta denuncia también incluyeron que también había presencia de miembros de la Policía con capuchas tomando fotos y filmando cerca del hotel Navar City, en donde se realizó la asamblea el pasado 23 de enero. “Con intención de cerrar el lugar, sin tener en cuenta que todo ha sido debidamente coordinado y diligenciado con la Policía Metropolitana de Villavicencio”, dice el comunicado.
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