Con respecto a la conmemoración del día del periodista en Colombia, este 9 de febrero, el Centro Nacional de Memoria Histórica hizo público un informe con cifras que dejan ver lo difícil que ha sido la labor de informar para quienes han trabajado cerca el conflicto armado, para quienes han investigado acciones delictivas y para los que han publicado noticias que han incomodado a más de uno.
El estudio reveló que han sido 425 los periodistas víctimas del conflicto armado desde 1958 y hasta el 2020, 244 de ellos de asesinatos selectivos, 149 de secuestros, 23 de desapariciones forzadas, tres de masacres, tres de violencia sexual, dos de acciones públicas y uno de atentados terroristas.
Valle del Cauca y Antioquia son las regiones en las que más se ha victimizado a los periodistas, estas presentan 60 y 58 casos respectivamente de acoso a los profesionales. A estas le siguen Santander, Bolívar, Bogotá y Magdalena con 31, 27, 25 y 25 casos, respectivamente.
En el informe también quedó registrado que el 94% de las víctimas fatales en el periodismo han sido hombres.
Para entregar esta información, el Centro Nacional de Memoria Histórica, tomó sólo los datos de las víctimas de conflicto armado que se registraron con ocupación de periodista o comunicador social y que se vieron afectados de alguna manera en el conflicto armado.
Por su parte, la Fundación Para La Libertad de Prensa, FLIP, entregó su informe anual sobre la situación de violencia que viven los periodistas en el país, titulado “El periodismo no es el enemigo”. De acuerdo con la investigación, en los últimos cuatro años se han conocido ocho asesinatos de periodistas y 618 denuncias por amenazas en diferentes partes de Colombia, por lo que se ha ubicado en el tercer puesto como uno de los países más peligroso del continente para ejercer la profesión.
“Los periodistas asesinados desde el 2016 comparten características similares, por ejemplo, en cuatro de esos ocho casos se advirtieron amenazas que no fueron investigadas; las víctimas eran reporteros(as) de medios indígenas o comunitarios, sobre quienes pesa un peligroso estigma; y, ocurrieron en zonas desprotegidas por el Estado. Absolutamente en todos estos eventos la impunidad aparece atravesada de principio a fin. El motor de un ciclo perverso que perpetúa la violencia, impide conocer la verdad y borra la justicia”, anota la publicación.
El informe señaló que 2020 fue un año donde la violencia y la falta de libertad de expresión atentaron contra el periodismo. Fue un año que registró dos asesinatos, el del reportero Felipe Guevara, en Cali, y el de Abelardo Liz, un comunicador indígena de Corinto, Cauca. Además de ello, en total se presentaron 23 agresiones a periodistas, un aumento del 10% respecto a los casos registrados en 2019.
Las regiones en donde más se han amenazado a los comunicadores son Bogotá, Puerto Libertador en Córdoba, Caucasia en Antioquia, Barrancabermeja en Norte de Santander y en Arauca capital.
Vea también: