Sonia Arias Gómez, maestra e impulsadora del ballet en Colombia, falleció tras dar una larga batalla contra el covid-19. La artista se encontraba hospitalizada en la Clínica Chicamocha, en Santander, lugar donde decidió pasar gran parte de su vida.
Arias nació en Armenia y se crio en Bogotá, sin embargo se fue a vivir a Santander porque se enamoró de ese departamento en una de sus visitas. La artista estudió en el Conservatorio Nacional, por lo que se abrió el camino en el teatro y luego pasó a protagonizar varios espacios en la televisión colombiana, donde conoció al médico Joaquín Casadiego Martínez, quien se encargaba de los libretos y de las adaptaciones de grandes obras de la literatura universal y con el que construyó un equipo de actores con quienes trabajaron en diferentes proyectos de Radio Nacional.
Su vida en Bucaramanga:
Cuando decidió terminar sus días en la capital de Santander, también dejó claro que allí iba a hacer historia, en esa ciudad inició con la enseñanza académica de ballet con dos grupos de 15 niños, pero su nombre era tan reconocido, que en solo un par de meses tuvo que expandir las clases y las sedes de su instituto.
Luego se encontró con que allí funcionaba el Instituto Santandereano de Cultura y conoció al artista Humberto Vargas, con quien montó la primera sala de ballet de Bucaramanga.
Se vio en la obligación de montar dos escuelas más, una de ellas diagonal al Colegio de la Presentación y debido a su éxito, le ofrecieron ser la directora de Ballet de la Dirección Cultura Artística de Santander, Dicas, espacio ya desaparecido, pero en donde impulsó el talento de cientos de jóvenes en el departamento y desde donde creó alianzas internacionales para que estos pudieran mostrar en otros países todo su potencial.
Néstor Rueda, actual director del Instituto Municipal de Cultura y Turismo, Imct, lamentó profundamente “el fallecimiento de la que se puede considerar como una de las más grandes maestras de danzas que ha tenido Colombia en toda su historia”.
“La maestra Sonia Arias Gómez deja un extraordinario legado de creación y formación de generaciones completas de bailarines, que el mundo de la danza le reconocerá por siempre. Centenares de alumnos santandereanos que recibieron las enseñanzas de la maestra -y que hoy brillan en escenarios internacionales- son prueba viva de su maravilloso talento y don de servicio”, añadió.
Por su parte, el Ministerio de Cultura se pronunció frente a su partida y reconoció todo su trabajo en el sector de la cultura en Colombia.
“Una de las grandes maestras del ballet en Colombia y figura determinante en la consolidación y promoción de la danza en Santander...”
A través de los años su obra, reconocida por majestuosas presentaciones en emblemáticos teatros y escenarios, se ha mantenido como huella imborrable en la memoria de los amantes del ballet clásico y las manifestaciones de la danza contemporánea.
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