El pasado 28 de enero, al menos 20 fieles, en el corregimiento de Isabel López, en Sabanalarga, Atlántico, apegados a su fe y religión, esperaban la segunda venida de Jesús, pero éste no llegó. Así fue como varios sabanalargueros, al norte de Colombia, se quedaron esperando al mesías, a pesar de que el pastor Gabriel Alberto Ferrer Ruiz, de la Iglesia Berea, prometió que ese día llegaría.
Ferrer Ruiz fue docente de literatura en la Universidad del Atlántico, donde empezó a mostrar sus inquietudes con los estudiantes frente al credo que cada quien tenía. Según el periódico regional Diario del Norte, el reconocido docente de literatura empezó a profundizar más sus creencias después de que su pareja se convirtiera al cristianismo, y juntos comenzaran a dirigir la Iglesia Berea, en Barranquilla.
Fueron los integrantes de este grupo religioso los que se encerraron durante días ante la esperada llegada de Jesús a la Tierra, por lo cual familiares y autoridades llegaron a temer que algunos de sus miembros decidieran suicidarse. Sin embargo, el pastor se manifestó por medio del canal de YouTube de su Iglesia que: “Los suicidas se van al infierno. Si alguna iglesia existió en Barranquilla o Colombia que ama la vida es Berea, porque nosotros somos templo del Espíritu Santo de Dios. No se equivoquen los suicidas. No somos suicidas. Estamos llenos de vida porque creemos que la vida le pertenece al Señor”.
El 29 de enero, al ver que Jesús no aparecía, los integrantes de la iglesia que permanecían dentro del hogar del pastor empezaron a abandonar la casa e incluso han tenido que asistir a terapias psicológicas para reponerse del duro golpe que recibió su fe.
En un principio se dijo que Gabriel Alberto Ferrer Ruiz se había fugado con el dinero de los bienes de sus creyentes. Mario Pineda, esposo de una de las mujeres que participó del ayuno, contó al programa televisivo ‘Primer Impacto’ que mientras estuvo de viaje, su pareja vendió todo lo que tenían en el hogar y le entregó el dinero al pastor.
Pero de acuerdo con El Tiempo, Ferrer Ruiz se encuentra encerrado en su casa al norte de Barranquilla, en completo silencio y sin dar explicaciones a los seguidores de su iglesia. A pesar de la presión de los medios de comunicación y de algunos fieles, el hombre se niega a dar la cara.
Un periodista local le dijo a ese diario que el hombre “no se asoma ni a la ventana”. “He venido en la noche, la mañana y la tarde, y nada, no quiere hablar”, sostuvo el reportero.
Asegura la publicación que Ferrer Ruiz está en el interior de la vivienda junto a su esposa, la pastora Yolanda Rodríguez, y un hijo, en el barrio Ciudad Jardín, desde donde no se ve mucho movimiento.
A esta localización han llegado periodistas, familiares de las personas afectadas y amigos personales del religioso. Por eso, las autoridades han tenido que montar guardia e incluso han entrado a la vivienda y dicen que todo se encuentra bien en el sitio. Además, confirmaron que todavía hay algunas personas de la iglesia al interior.
Candelario Jaraba, exmiembro de la iglesia, defendió al pastor y dijo que “lo que menos le interesaba era el dinero. Su iglesia no era recaudadora de dinero”
“Me llamó e invitó a quedarme. Me dijo, el Señor había mandado un mensaje y le había dicho el día y la hora exacta en que vendría. Que mi padre vendría en cuerpo glorificado, junto con su hija y con otros hermanos de la iglesia que también fallecieron”. Al finalizar la entrevista, pidió a Ferrer Ruiz que salga a dar explicaciones sobre estas profecías no cumplidas que afectan a las iglesias cristianas evangélicas.
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