‘Camila’, como se hizo llamar para proteger su identidad, se convirtió en una de las 201 niñas abusadas sexualmente por Hernán Giraldo, alias Taladro, quien se ganó ese apodo, precisamente, por sus aberrantes actos en contra de las menores que sometía bajo su poder. La joven, que hizo parte de la desgarradora lista de niñas a las que Giraldo violentó, habló con Noticias Caracol y reveló detalles de su cruel historia con el sanguinario exjefe paramilitar.
Giraldo, quien actualmente está detenido en Colombia, acusado de crímenes como desaparición forzada, desplazamiento, homicidio agravado, terrorismo y abuso sexual contra menores de edad, llegó a la vida de Camila cuando ella tenía 15 años. Una mujer, que trabajaba para Giraldo puso sus ojos sobre la menor y, para llevársela a su jefe, Giraldo, la convenció para quedarse trabajando con ella, en Santa Marta.
“Yo tenía 15 años. Llegué a Santa Marta y ahí conocí a una mujer que me pidió que me quedara trabajando con ella, haciéndole los oficios de la casa y cuidándole los niños; ella, a cambio, me ayudaba con los estudios, me daba vivienda y me compraba las cosas personales que yo necesitara”, contó la joven en su entrevista para Noticias Caracol, donde detalló que todo se había dado en enero del 2008.
La primera señal que llevó a Camila presentir que algo extraño ocurría a su alrededor, fue la actitud de aquella mujer, que le prometió ayudarla si trabajaba para ella.
“Un día sonó el teléfono, contesté, era él. Me preguntó que quién era yo, le contesté que era la chica que hacía el aseo y cuidaba a los niños. La mujer un día me dijo que Hernán me mandaba saludes. Ella siguió insistiendo con los saludos y un día le dije: yo no voy a hacer lo que tú me digas, y ella me contestó que allá afuera estábamos vigilados y que en la casa se tenía que hacer lo que ella decía o lo que él dice”, relató Camila,quien recordó que, en la finca, había otras dos niñas, de las que más tarde se enteraría, también hacía parte de las macabras acciones de ‘Taladro’.
Camila, quien también aseguró que un día encontró una cantidad alarmante de dinero en la casa donde se estaba quedando, comentó que la mujer se iba temprano con las dos niñas a visitar la cárcel, y que llegaban muy tarde, según le comentó una de las menores, sin darle muchos detalles. Un día fue el turno de ella.
“Un día dijo, ‘ella no va a ir hoy a la visita, vas a ir tú, vas a acompañarme a la cárcel hoy’ y ella me dijo que para entrar debíamos pasar dinero. Había cogido una toalla higiénica, le sacó el relleno y le puso un montón de dinero dentro. Me dijo que yo debía usar la toalla y luego encima de esa toalla poner otra toalla limpia y que ese dinero lo teníamos que pasar dentro de la cárcel”, manifestó Camila que, durante la entrevista, decidió tapar su rostro con una burka, “escogí la burka para proteger mi identidad y porque también recuerdo el dolor de todas esas mujeres en el Medio Oriente y en el mundo entero”.
Camila relató, en su diálogo con Noticias Caracol, que llegó a la cárcel, como la mujer se lo había dicho y que, allí, la requisaron. Luego de revisarla, la guardia de seguridad la envió para el ‘Pabellón de Justicia y Paz’. Allí empezaría su más grande pesadilla: se encontró, por primera vez, con Giraldo.
“El empezó a quitarme la ropa y tuvo relaciones conmigo, ahí, en esa cama que había. Recuerdo que yo lloraba porque pensaba que se iba a morir encima de mí y a mí solo se me salían las lágrimas. Yo decía ‘Dios mío, ayúdame porque este hombre se va a morir encima de mí’, o sea, yo no entendía nada de esa parte porque nunca la había vivido”, relató Camila que luego de vivir el aberrante hecho, se envolvió en la sábana y fue a ducharse inmediatamente.
Este encuentro entre Camila y el exjefe paramilitar, no fue el último, fue el primero de las demás humillaciones y hechos violentos que la menor, de 15 años, tuvo que vivir. Una de las situaciones más desgarradoras que tuvo que vivir Camila fue la segunda vez que la llevaron a la cárcel, la joven pensó que ‘se salvaba’ de ser abusada por Giraldo pues, durante esos días, Camila estaba en su periodo, lo que para ella sería un impedimento para ‘el patrón’, pero no fue así.
Tiempo después de los reiterados encuentros de la joven con el sanguinario delincuente, llegó la noticia de la extradición de Giraldo. Para ese entonces, la mujer que la había reclutado, y que sabía de la situación de Giraldo, huyó. Años después, Camila se encontró con ella: la mujer le pidió perdón.
Camila no volvió a encontrarse con ‘Taladro’, sin embargo, las secuelas en su mente y su cuerpo le recordaban las vejaciones que tuvo que vivir con él. Según le comentó a Noticias Caracol, empezó a enfermarse y, un día, tras unos exámenes médicos, descubrió que tenía sífilis. Así mismo, su salud mental se fue deteriorando y llegó al punto de pensar que no quería seguir viviendo, pensó en cortarse las venas. Su fe en Dios fue la que la sacó a flote, afirmó.
En medio de su lucha, Camila ha tenido que enfrentarse, también, a la justicia del país. A pesar de sus solicitudes, nunca fue reconocida como víctima del paramilitar, le dijeron que su denuncia había llegado muy tarde, y que él ya estaba en la cárcel, que no se le podía ofrecer nada más.
“Cuando fui a la oficina de Reparación de Víctimas me dijeron que ya habían pasado muchos años y que era negado para mí el proceso de reparación y acogerme, y me dijeron que él ya estaba en la cárcel, que qué más quería y que lo importante era que estaba en la cárcel, me contestó la mujer que me atendió”, denunció.
Para Camila lo más importante ahora es que Giraldo, por ningún motivo quede libre, el hombre, asegura ella, es un peligro inminente para el país, “Diría que es un pedófilo, tiene muy pocas probabilidades de cambiar (...) ¿quién me va a decir que no vuelve a hacer lo mismo cuando salga? (...) las chicas que escuchan mi testimonio, las animo a que también denuncien (...) mañana podrán ser otras si ese hombre queda en libertad e impune de tantos delitos que tiene”, concluyó.